Opinión | A FONDO

Decisiones ante la incertidumbre

«Cuando la situación es buena, disfrútala. Cuando la situación es mala, transfórmala. Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate». Es una de las frases que tengo anotadas en la pizarra que hay junto al escritorio de mi casa y que leo y retengo cada mañana cuando me levanto de madrugada a escribir en mi diario y a hacer un poco de deporte.

Es de un maestro. En mi opinión, una frase de una profundidad y utilidad siempre conveniente para el ser humano; un consejo que resulta imprescindible. El autor de la frase es el neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco Viktor Frankl, autor de uno de los manuales más impresionantes jamás escritos para afrontar nuestra existencia en el mundo: El hombre en busca de sentido.

La frase nos recuerda que no somos producto de nuestras circunstancias, somos producto de nuestras decisiones.

Vivimos actualmente en un mundo en el que nuestra percepción -porque no es más que eso, una percepción- es que cada vez todo va a peor. Hans Rosling desmonta esta percepción subjetiva de forma magistral, con datos objetivos incontestables, en su libro Factfunless: Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo. Y por qué las cosas están mejor de lo que piensas. Les recomiendo su lectura.

Sin embargo, pese a datos incontestables de progreso económico, de mejora de la salud, de herramientas a nuestra disposición para mejorar los efectos negativos del impacto humano en el planeta, vivimos asustados, con miedo, con incertidumbre. Las crisis se encadenan una tras otra en este mundo VUCA (volátil, incierto complejo y ambiguo); adjetivos a los que, a raíz de la pandemia mundial de covid, hay que añadir un quinto: ansioso. Y es que en el momento actual, con la mayor población mundial de la historia de la humanidad -8.000 millones de habitantes- gracias a los avances científicos y tecnológicos que nos han llevado a una imparable globalización, interconexión e interdependencia de la historia, paradójicamente el mundo se ha convertido en cada vez más pequeño para nuestro cerebro. Y esto genera esa percepción de crisis permanente. Unas veces, la crisis es real, y nos afecta; y otras, aunque no nos afecte directamente, nos influye como seres sociales que somos, y afecta a nuestro estado de ánimo.

Estamos a poco de acabar 2024, un año durísimo, especialmente para nuestros hermanos valencianos a los que la DANA les cambió la vida de la noche a la mañana. Desde estas líneas quiero tener un recuerdo muy especial para los que nos dejaron y sus familiares y amigos. A todos los afectados, un fuerte abrazo y ánimos. Compartimos su dolor y no les vamos a dejar solos. Continuaremos trabajando juntos y juntas para reconstruir sus pueblos, que también son nuestros, para reconstruir nuestra tierra valenciana de la que tan orgullosos nos sentimos.

La llegada del nuevo año 2025 nos invita a reflexionar sobre el futuro. A nadie se le escapa que no será un año normal. La inestabilidad política, fruto de la visión cortoplacista que se ha apoderado de nuestra sociedad, hace que a día de hoy no tengamos noticias de los Presupuestos Generales del Estado, ni de la Generalitat Valenciana.

Tres gobiernos valencianos llevamos ya en un año y medio de la presidencia del señor Carlos Mazón, el pastor que abandonó a sus ovejas en el peor momento de una catástrofe y que ahora aspira a que le sigamos como si nada hubiera pasado. De lo que sí tenemos noticias es del presupuesto de nuestra Diputación Provincial, gobernada por el PP con mayoría absoluta y en la que influyen, desde sus responsabilidades, políticos de nuestra ciudad; la lástima es que la única noticia que tenemos de momento es un recorte de 412.000 euros del fondo de cooperación. Es decir, al Ayuntamiento de Vila-real llegará menos ayuda de la Diputación este año. Así las cosas, en Vila-real, a la situación de crisis e incertidumbre general se suma nuestra espada de Damocles, nuestra losa particular. Cada año partimos, gracias a la desastrosa gestión del PP de Vila-real (Peligro Público), de condiciones de desventaja mayores. La deuda y ruina económica de las sentencias urbanísticas de su herencia nos han hecho avanzar mucho menos de lo que nos gustaría en la construcción de la nueva Vila-real del siglo XXI.

Pero a pesar de este legado del PP, hemos sido capaces de crecer, de avanzar, de no perder el tren del futuro y el progreso. Y ahora, trabajando juntos y juntas, con humildad, responsabilidad y prudencia, lo volveremos a hacer. El nuevo gobierno del Pacte de la Llum de Tol trabaja con estos mimbres, los de mayor incertidumbre de los últimos años, para aprobar a mayor brevedad posible unos presupuestos municipales.

Lo importante, como decía al principio y siguiendo a Viktor Frankl, es tomar decisiones, con el riesgo de equivocarnos, pues errare humanum est. Sin olvidarnos de que no solo somos producto de nuestras circunstancias, que también, sino sobre todo de nuestras decisiones. Feliz Navidad y próspero 2025.

Alcalde de Vila-real

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