Opinión | LA LIBRETA DE ADCOMUNICA

Escuchar, actuar, comunicar

Los comunicadores de hoy tendemos a mirar en prospectiva absortos por los datos, metadatos, tendencias, algoritmos, encuestas, métricas e inteligencias artificiales varias. Y está bien, aunque a veces lo moderno es también volver a los clásicos. En esta selva de miles de impactos comunicativos a la que nos enfrentamos cada día, suele ser gratificante parar un momento (de verdad que no pasa nada, probadlo) y echar la mirada atrás para acordarnos de las enseñanzas de los maestros de la oratoria y la comunicación.

El filósofo estoico Epicteto aseguraba que la naturaleza nos dio dos ojos, dos orejas y una boca para que pudiéramos observar y escuchar el doble de lo que hablamos. Tiene sentido. Sin embargo, la mitad del proceso comunicativo, la escucha activa, suele ser obviada. Marcas, instituciones y personalidades invierten mucho en decir muchas cosas todo el tiempo. Sumar ruido al ruido con la esperanza de dar con un mensaje especial y único que destaque sobre todos los demás. ¿Pero hemos escuchado en profundidad a nuestros clientes, ciudadanos o públicos de interés para saber qué quieren y esperan de nosotros? ¿Estamos haciendo lo que decimos y prometemos? ¿O pensamos que se contentarán con anuncios vacuos y fuegos de artificio?

Error

Tras la catástrofe de la dana en Valencia han llegado de todos lados las prisas por comunicar. Dolor, desamparo, desesperación, indignación… y la realidad es que desde el primer minuto el foco se ha puesto en los políticos y no en las víctimas. El error, como decían los antiguos, ha sido abrir la boca antes que los oídos y los ojos. La mejor comunicación siempre suele ser la acción. Y la buena reputación no se crea en los despachos ni se compra en el granero social, se construye en la mente de las personas a base de predicar con el ejemplo (coherencia), reiterar el mensaje en los formatos y canales adecuados (constancia) y apuntar un propósito claro para ser útiles al entorno (conciencia). Y si queremos destacar en el maremágnum también tendremos que ser originales (creatividad). Un gran reto para los comunicadores, de ayer y de hoy.

Presidente de adComunica

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