Opinión | SIN RESERVAS

Se llama xenofobia

Más allá del efímero circuito urbano de Fórmula 1 en València o del rosario de dieciocho condenados por la trama valenciana de la Gürtel, entre los legados que dejó Francisco Camps a su paso por la presidencia de la Generalitat figura la creación en 2008 de la Universidad Internacional Valenciana. Conocida por sus siglas en inglés, la VIU estuvo vinculada en sus inicios a Castelló. En agosto de 2008 este diario informó del viaje que el conseller Font de Mora y el alcalde Alberto Fabra realizaron a California para hablar con el arquitecto Frank Gehry donde acordaron «la construcción del edificio que albergará el rectorado de la VIU en Castellón». Obvio decir que aquello no cuajó y Castelló solo acogió por un tiempo la sede de la nueva universidad en una casa de la calle Mayor.

El catedrático de Derecho Civil de la UJI, Juan María Badenas, ocupó entre 2011 y 2014 el cargo de rector de la VIU en unos años en los que estuvo muy próximo al PPCV coincidiendo con la presidencia de Alberto Fabra. En 2013 la VIU pasó a ser propiedad del grupo Planeta cuando la Generalitat vendió el 70% de la universidad al imperio editorial fundado por José Manuel Lara. Badenas, que dimitió poco después y solicitó su incorporación como docente en la UJI, escribió en marzo de 2020 en el diario El Mundo: «Tengo la suerte de no ser político y de dedicarme únicamente al estudio de las ciencias sociales; pues, de lo contrario, quizá no podría escribir este artículo», antes de afirmar que «el liberalismo norteamericano y la socialdemocracia europea, con la ciega y envenenada complicidad de la Derecha occidental, son los principales responsables de la actual decadencia de Occidente... Las políticas de identidad (feminismo, islamismo, afro-americanismo, movimientos LGBTQ, ecologismo dogmático...) se han adueñado de las mentes políticas más innovadoras de nuestra sociedad». No era político y quizás por eso se le entendía todo».

Candidato

Apenas un año después anunció su candidatura a la alcaldía de València por Vox y entró en el gobierno de la popular Mª José Catalá. Ahora ya no tiene la suerte !de no ser político» pero aún así sigue diciendo lo que piensa, lo cual es muy de agradecer. Por eso sabemos que en su lucha contra la decadencia de Occidente no duda en señalar a los migrantes como autores de asesinatos que la justicia prueba luego ser cometidos por españoles. Como hizo su compañero de partido en Castelló, Antonio Ortolá. No les pierde su celeridad a la hora de acusar, les puede su ideología a la hora de odiar al extranjero inmigrante. Se llama xenofobia. Por ello la Fiscalía imputa a Badenas un presunto delito de odio y un juzgado le ha citado a declarar.

Son ellos, los recién llegados a esa política en la que se alegraban de no estar. ¿Cómo ha sido posible? Ya se lo preguntó Mario Benedetti y acertó en su diagnóstico: «Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas». A esas nuevas preguntas estos populismos tampoco tienen respuesta, por supuesto, pero airean peligrosas proclamas que demuestran que realmente estamos ante la decadencia de Occidente. O, al menos, ante el declive moral que comportan el machismo, el racismo o la xenofobia.

Periodista y escritor

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