Opinión | LA RUEDA

El pesimismo no es razonable

Podemos empezar el año diciendo que la cosa no pinta bien. Afirmación que si miramos lo que proclaman los medios de información («La presencia de Trump hace que este sea el año de todos los peligros», «Los gobiernos alemanes y franceses que son los pilares que soportan la Unión Europea, están muy débiles», «La extrema derecha, entre ella Vox, aprieta y contamina», «La solución Trump para Ucrania y Palestina puede dividir a los europeos»…) parece ser cierta y, en consecuencia, no contaríamos ninguna mentira. Pero no es menos cierto que mantener ese pesimismo como peligro irremediable, como si el mundo y la vida fueran una inmutable foto fija, no sería un criterio razonable y, además, en nuestro caso concreto, no correspondería con la evolución positiva de España.

No pinta bien

Podemos también, por el contrario, taparnos los ojos y decir que todo, todo, va bien. Pero claro, si se mira con absoluta inocencia la compleja y mareante realidad, que es la que siempre se debe tener en cuenta, y a partir de la que se tienen que hacer los análisis, entiendo que tampoco sería una buena apreciación. Así es que, posiblemente, no nos queda otra opción frente a la siempre intrincada realidad de casi todos los principios de año, que reconocer y decir que la cosa no pinta bien, de momento, pero no perdemos el optimismo ni olvidamos lo que decían los clásicos: que el pesimismo no es razonable porque sería como admitir que los hombres y las mujeres no pudiesen reconstruir su futuro.

Por lo tanto, el presente y el futuro, la realidad, será todo lo mareante que se quiera, sin duda, pero es evidente que nada está predeterminado y, los seres humanos, son capaces de crear oscuridad y frustración, pero, también luz y esperanza.

Analista político

Tracking Pixel Contents