Opinión | LA RUEDA

Ser psicólogo

El pasado lunes fue el Día de la Psicología en España, en honor a su patrón, Juan Huarte de San Juan. Este médico y filósofo del siglo XVI escribió una única obra, Examen de Ingenios para las ciencias, donde describió los diferentes temperamentos humanos desde una perspectiva aristotélica, constituyendo el primer intento de mostrar la conexión entre los fenómenos psicológicos y la fisiología. Las personas dedicadas a la salud mental, como es el caso de los psicólogos, son profesionales que ofrecen empatía, comprensión y apoyo emocional a una persona angustiada. Esta relación personalizada es clave para que los pacientes se sientan entendidos y apoyados en su camino hacia el bienestar. Y es que los psicólogos nos acercamos a cada paciente con atención, sosteniendo sus emociones con cuidado, ayudándoles así a encontrar su ritmo interno adecuado.

Cada día, las personas nos confían sus historias más íntimas, sus sufrimientos, sus heridas más profundas. Y nosotros sostenemos con nuestra presencia, con nuestra escucha, con nuestras palabras, sin juzgar, sin forzar, creando un espacio seguro donde el sufrimiento puede salir, ser visto y sentirse acompañado y reconfortado. Acompañamos sus heridas, conectamos con su historia y juntos buscamos que ese corazón, a veces cansado, vuelva a latir con fuerza y entusiasmo.

Con todo, siempre hay quien dice, con aire de superioridad, que no cree en los psicólogos, culpando a los que buscan ayuda de ser débiles. Pero buscar ayuda no es un acto de debilidad, sino de inteligencia y valentía. Reconocer que no puedes con todo o que necesitas una perspectiva externa para entender lo que te pasa, es de personas que quieren crecer, no solo sobrevivir.

Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)

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