Opinión | LA RUEDA

La vida nos pertenece

Las cifras dicen que el derecho de eutanasia se está consolidando en España. Parece ser que, según el Ministerio de Sanidad, solo en el 2023 la solicitaron 766 personas, un 25% más que el año anterior.

Ante ello quiero dejar constancia de que como no tenemos nada que decir sobre nuestro nacimiento, soy partidario de la eutanasia, de tener y ejercer el derecho de una muerte digna, si las circunstancias de una enfermedad así lo aconsejan. Es decir, cuando de acuerdo con la ley es irrecuperable la condición, se padece un sufrimiento crónico, sostenido, imposibilitante… Es por eso, precisamente, que estos días me ha extrañado y dolido ver cómo una joven parapléjica de 24 años, que desde 2024 tenía el aval de la Comisión de Garantías de la Generalitat de Cataluña para morir dignamente, no solo vio en su momento paralizada su aplicación a petición de su padre, si no que, ahora, se ha celebrado el segundo juicio y frente a la insistente petición de la joven de acabar de una vez, la organización ultracatólica Abogados Cristianos, que representa la voluntad de su padre, se opone.

Sufrimiento

Sinceramente, puedo entender a un padre que, a pesar de que la enfermedad de su hija no tiene solución y está sufriendo, por amor tenga dudas en aceptar la eutanasia e intente temporalmente pararla. Repito, lo puedo entender. Lo que no puedo es aceptarlo porque acabar con la vida no digna y el sufrimiento es un derecho de su hija. En última instancia lo que me resulta inmoral es saber, de boca de la afectada, las presiones que ha recibido de entornos ultracatólicos que entraban en su habitación del centro sociosanitario y la llenaban de estampitas, cruces y rosarios. Y es que, en las religiones, aún existen quienes creen que la vida no te pertenece.

Analista político

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