Opinión | EDITORIAL

Menos quiebras, más crecimiento

El panorama empresarial de Castellón muestra signos de fortalecimiento y estabilidad, con una notable disminución en el número de sociedades que han tenido que recurrir al concurso de acreedores. En el último año, esta cifra se redujo a casi la mitad, lo que refleja una evolución favorable en la viabilidad de los negocios.

Este descenso sugiere que las empresas locales han encontrado estrategias más efectivas para afrontar dificultades económicas y evitar la quiebra. La reforma de la ley concursal de 2022 parece haber sido un factor determinante en esta mejoría, al introducir mecanismos que facilitan la reestructuración y la continuidad de compañías con dificultades financieras, especialmente en el caso de las microempresas. Además, el acceso a nuevas líneas de financiación y la reactivación del consumo han sido aspectos clave para mantener el tejido empresarial en marcha.

Sin embargo, los datos también evidencian que ciertos sectores siguen siendo muy vulnerables. El comercio es el más afectado, con 15 de las 36 empresas concursadas, seguido por la industria manufacturera y la hostelería. Expertos en el ámbito económico apuntan a que estos sectores afrontan mayores retos debido a la fluctuación de la demanda, la presión de la competencia y los cambios en los hábitos de consumo. En el caso del comercio, la digitalización y el auge del comercio electrónico han supuesto un desafío para muchos pequeños negocios que no han podido adaptarse a tiempo. La hostelería, por su parte, ha tenido que hacer frente a un incremento en los costes operativos, especialmente en energía y suministros.

Insolvencia

Otro aspecto relevante es que la mayoría de las empresas que han presentado concurso son pequeñas, muchas con menos de diez empleados. Según varios estudios, las compañías de menor tamaño son más propensas a la insolvencia debido a su menor acceso a financiamiento y a la fragilidad de sus estructuras operativas. Esto indica que, aunque la situación general ha mejorado, las pequeñas empresas siguen siendo las más expuestas a los vaivenes económicos. La financiación es crucial para asegurar su supervivencia. Para ello, se necesitan reforzar las iniciativas tanto públicas como privadas que ofrezcan herramientas que permitan mejorar su competitividad y facilitar su adaptación a los nuevos tiempos.

Por otro lado, fuentes del sector financiero destacan que, aunque la reducción en el número de concursos es una señal positiva, es fundamental seguir trabajando en estrategias que permitan a las empresas anticiparse a dificultades económicas. Herramientas como los planes de reestructuración, la digitalización de procesos y la diversificación de mercados pueden jugar un papel clave en la sostenibilidad de los negocios a largo plazo. Asimismo, la formación continua en gestión empresarial y la capacidad de adaptación a nuevas normativas pueden marcar la diferencia en la viabilidad de un negocio.

Papel crucial

Por otro lado y no menos importante, el papel de las administraciones es crucial en este proceso. Políticas que incentiven la inversión, reduzcan la carga fiscal para las pequeñas y medianas empresas y fomenten la innovación pueden ser determinantes en la consolidación del tejido empresarial local. A su vez, la colaboración entre instituciones educativas y el mundo empresarial también puede ayudar a generar nuevas oportunidades de negocio y fortalecer y asegurar la economía de nuestra provincia.

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