Opinión | LA RUEDA

La mejor palabra es la no dicha

Tengo una entrañable amiga y compañera, lejana geográficamente hablando, que más de una vez solía decir un refrán de su pueblo: La mejor palabra es la no dicha. Seguramente tiene toda la razón.

Hoy, desgraciadamente, hay muchas palabras que, contrariamente, no se dicen, mientras otras suenan en exceso y se repiten como hacen los papagayos. Todos los días aparecen en el noticiero y se reúnen como en un enjambre ruidoso e ininteligiblemente comprensivo.

Pero, es más, a veces se contradicen sus expresiones. El hecho de que uno diga blanco es suficiente para que su oponente diga negro, aunque sea esta una afirmación harto peyorativa.

Esta pasada semana se ha hablado mucho de la mujer, y con toda razón, por su merecimiento: era el Día Internacional de la Mujer (aunque yo creo que deben ser todos los días), como un homenaje a ellas, sin menoscabo del otro género, claro. Prima, debe primar, la igualdad sobre todo: una prioridad a la que, a pesar de los avances, nos enfrentamos todavía. No precisamos de homenajes, sino de respeto y reconocimiento igualitario de la condición femenina. Y, consecuentemente, con la erradicación más firme de la violencia de género y de lo que sea.

Se habla mucho (nunca es demasiado) y hay que partir de la educación: educar para la convivencia y la paz, erradicar la violencia y, constatado su avance, eliminarla de la mente de la sociedad. E insistimos, la mejor herramienta está en la educación desde la infancia ya.

Horroriza leer las noticias que aparecen en los medios: violaciones en exceso, los personajes que, a veces, las ejecutan y el mal que provocan generalmente a la mujer, madre como la nuestra, esposa, compañera de vida, o simplemente mujer. La mejor palabra es la no dicha: paz para todas y todos. Prolongar el 8M siempre.

Profesor

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