Opinión | LA RUEDA

Magdalena, festa plena

Así reza el eslogan de nuestras fiestas fundacionales, las que Castelló celebra con motivo de su fundación: Magdalena, festa plena. Y el programa añade otras muchas cosas más porque su plenitud da cabida a todo. Especialmente en la línea participativa: desde la oficial, a las collas y al número de gente que discurre por la ciudad, sin olvidar los castelloneros de la provincia como vemos en el Pregó, tanto el general de Bernat Artola como el infantil de Vicent Pau Serra, lo cuales convocan a un número considerable de fieles adeptos.

El Pregó siempre es el mismo, pero el mismo es otro, como decía el filósofo. Y cada año nos sorprende por su espectacularidad e, incluso, novedad. Pero es siempre el mismo, aunque diferente, aunque parezca una rara paradoja.

Desmenuzando el contenido del programa, puede colegirse el contenido festivo. Gaiatas -un esclat de llum sense foc ni fum (genial definición)-, el trabajo de las collas, que es mucho, la gastronomía, las reuniones, las calles intransitables muchas veces, los bailes y danzas, la especial pirotecnia, mascletaes, tronadors, mesones de la tapa y la cerveza, del vino, la sección taurina, homenaje al rey Jaume I, conciertos, enfarolà, vuelo de campanas, papel encomiable de las gaiatas, despertà, música de banda y en general, Romeria y tornà, procesión de las gaiatas, gozos y Salve en Lledó, actos en la concatedral de Santa María, procesión de penitentes, tardeos, bodeguillas, deportes, etc.

Un programa completo de actos y fervor magdalenero, único y extraordinario. «Orgull de genealogia», como dice el poeta.

Todo acabará esta semana entrante con el ya célebre Magdalena, vítol en espera de la próxima edición, tras tantos años de la bajada de la montaña al llano.

Profesor

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