Opinión

Alfredo Masó

Un elefante en una cristalería

La escalada arancelaria sirven un rato a los mas exaltados, que se pueden dar golpes de pecho y enarbolar sus banderas, pero como pasó en los años treinta al final es repartir miseria y malestar y desembocar en el abismo

Imagen de archivo de Donald Trump.

Imagen de archivo de Donald Trump.

Vayamos primero a los hechos de la economía norteamericana. Desde inicios de los ochenta la economía de Estados Unidos ha tenido déficits de balanza de pagos de forma recurrente, siendo hoy una de las economías mas endeudadas con el exterior de las economías avanzadas. Su deuda externa se encuentra en el 118% de su PIB , que es de 27 billones de dólares.

La carga de intereses de esa deuda externa alimenta el déficit de su balanza de pagos (rentas pagadas al exterior) lo que provoca una mayor necesidad de endeudamiento y por tanto mayor déficit etc. Una situación explosiva que puede desembocar en una declaración de insolvencia, de la que es todavía la mayor economía mundial, de consecuencias imprevisibles.

Pero si la situación externa es dramática , en Estados Unidos se ha producido desde hace tiempo el fenómeno de los déficits gemelos , esto al déficit anterior hay que sumarle el déficit ya  crónico del sector publico y el aumento correspondiente de la Deuda Pública norteamericana (bonos del estado) que siendo alrededor del 120 % del PIB constituye otra de las fuentes de inestabilidad de esa economía.

No es causalidad que aparezcan estos déficits de manera simultánea puesto que su origen es similar, y este es la incapacidad de los Estados Unidos para financiar sus necesidades de inversión y gasto publico con el ahorro de su sector privado. Llevan muchos años viviendo en una burbuja de consumo y gasto que tiene que financiar con el ahorro externo.

Depreciación

En un contexto de tipos de cambio perfectamente flexibles , hace ya años que el dólar se debía haber depreciado frente a las principales monedas de la economía internacional, quizás en el entorno de 1’50 dólares por euro (en 2008  el tipo de cambio era de 1’55 por euro).

Pero aquí viene otro de los elementos claves de la difícil situación de Estados Unidos, el hecho de que sus principales acreedores que guardan billones de dólares en bonos y activos de Estados Unidos son los países que, como China han basado su actual desarrollo en las exportaciones manteniendo un tipo de cambio fijo con el dólar a 6’9 yuanes por dólar ( y lo mismo Japón y en cierto sentido Alemania).

Tanto China como Japón pueden defender una paridad tan baja con el dólar porque pueden utilizar sus reservas de dólares para evitar la apreciación de sus propias monedas, aunque en el caso alemán la forma de mantener ese superávit es conteniendo su propia demanda interna. Imaginemos que pasaría con las reservas de dólares de estos países si el dólar se deprecia un 50%.

Ya vivimos una situación parecida a principios de los setenta cuando el presidente Nixon declaró el fin de la convertibilidad del dólar en oro acabando de paso con el sistema de Bretton Woods, lo que llevo a una fuerte depreciación del dólar y al final (aunque se justifico por motivos geo-políticos) un aumento del precio del petróleo en un 300% en 1972 y otro 300%  mas tarde en 1978, de los países que habían acumulado petrodólares en sus reservas confiados en que la moneda no se devaluaría.

La crisis de los setenta generó un aumento de la tasa de desempleo acompañada de un aumento de la tasa de inflación en el mismo período con el consiguiente empobrecimiento de las familias que en muchos países acabo generando intensos procesos de ajuste como en el caso de España.

Vulnerabilidad

Por supuesto que a Estados Unidos le ha interesado por otra parte que el dólar se mantuviera como moneda de reserva mundial para financiarse a tipos mas bajos (moneda de reserva) y la apropiación de lo que se conoce como señoreaje al financiarse con creación de dinero que no reporta intereses  (además del impuesto que la tasa de inflación norteamericana supone sobre los poseedores de dólares, reduciendo la deuda el términos reales). Pero esa situación le ha llevado a emitir enormes cantidades de dólares que le han colocado en una situación de elevada vulnerabilidad.

Es por esto, entiendo, que un personaje tan estrafalario (pero tan nacionalista y orgulloso de ser americano) como Trump ha optado por entrar en la economía mundial rompiendo todos los equilibrios . Es un grito de ayuda pero perpetrado por un bravucón.

De sentido común seria plantear esta situación como un problema a resolver entre los principales países de la economía mundial e instituciones de la misma,  buscando reequilibrar la competitividad de la economía norteamericana con un acuerdo a lo plan Brady, con un reparto de cargas pasando por una fuerte depreciación del dólar frente al Yuan , Yen y Euro, el compromiso de no desprenderse masivamente de la deuda norteamericana ( y seguir financiando temporalmente los déficits y la renovación de la deuda que se amortice en los próximos años, sin que eso suponga un inasumible aumento en el coste de la misma) , y una política de reducción del gasto (militar fundamentalmente) de Estados Unidos y aumento de impuestos que le permita generar superávits presupuestarios. 

Los países que deberán realizar un esfuerzo por basar su crecimiento en el sector exterior como China, impidiendo que el tipo de cambio refleje su fortaleza, deben entender que no se puede tener un superávit a medio y largo plazo de manera continua, si no se desea que la economía mundial acabe desestabilizándose (un país con superávit permanente supondría que el resto del mundo se endeudase cada vez mas con dicho país, hasta que ese país lo acabara poseyendo todo).

Antecedente

Ya Keynes en su conocido debate con White para diseñar el futuro sistema monetario internacional en la conferencia de Bretton Woods, propuso que los países con superávits de sector exterior (en aquel momento era Estados Unidos) tras unos años se vieran obligados a realizar estímulos en sus economías para “tirar” de la demanda externa de los países con déficits, compensando su superávit. Este debería haber sido una de las directrices del FMI .

En resumen, seria conveniente plantear al presidente Trump una salida al avispero en el que se ha metido solito, pero que amenaza con generarnos a todos graves picaduras. Apoyar esa depreciación suave del dólar, el sostenimiento de la deuda (no ventas masivas) y su financiación y una reducción de su gasto en defensa compensado por aumentos de los demás países de la OTAN (lo adecuado seria un desarme de todos los bloques /potencias pero eso no parece factible aun). Puede parecer ingenuo pero sospecho que la estrategia de disparar a todo lo que se mueve pidiendo la integración de Canadá, Groenlandia, Panamá, acusando a Europa y China de todos sus males, poniendo aranceles hasta a islas no habitadas etc. no es mas que el resultado de la desesperación provocando el caos para que le demos soluciones.

La escalada arancelaria y las políticas de empobrecimiento al vecino sirven un rato a los mas exaltados que se pueden dar golpes de pecho y enarbolar sus banderas contra otras banderas (y de esos hay muchos) pero como pasó en los años treinta al final es repartir miseria y malestar y desembocar en el abismo. Esperemos que entre los que le han jaleado pronto empiecen las deserciones al mirar su cuenta de resultados.

Profesor de Macroeconomía de la Universidad de Alicante

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