Opinión | BUENA PREGUNTA

Retratados

La inteligencia artificial no cesa de cruzar fronteras. La novedad que más ruido ha generado en los últimos tiempos nos ha llevado a imaginarnos como personajes de El viaje de Chihiro o La princesa Mononoke. Desde la reciente actualización de OpenAI, hace apenas dos semanas, del modelo de IA generativa de imagen en ChatGPT, millones de usuarios se han lanzado a generar imágenes al estilo icónico de Studio Ghibli.

Haciendo una estimación prudente, han podido generarse más de 14 millones de imágenes solo en este estilo, cada una consumiendo unos 0,015 kWh: más de 195.000 kWh en total. Una demanda energética con consecuencias: en buena parte del mundo aún se produce con combustibles fósiles, lo que podría traducirse en unas 78 toneladas de CO2 emitidas. El equivalente al impacto de más de 150 vuelos de ida y vuelta entre dos capitales europeas o el trabajo anual de absorción de carbono de 3.700 árboles. A esto se suma el coste hídrico de la refrigeración de sus servidores: unos 3,5 litros de agua por imagen (una parte se recupera, pero mucha se pierde por evaporación). El resultado: más de 45 millones de litros, lo que equivale al consumo diario de agua de toda Castelló de la Plana.

La contradicción es clara: el imaginario de Ghibli siempre fue un canto a la naturaleza, al alma, al tiempo lento. Y aquí estamos, replicando ese estilo con una IA entrenada sin el consentimiento de sus autores, con un coste ambiental tangible, para alimentar una estética efímera. Pero el problema no es solo el consumo energético. Es lo que revela: que seguimos relacionándonos con la tecnología sin preguntarnos por su trazabilidad, su impacto ni su legitimidad cultural. Que confundimos accesibilidad con inocuidad. Que llamamos creatividad a una réplica sin contexto ni conciencia.

La IA puede empujarnos, inspirarnos, darnos claves, agilizarnos procesos y ayudarnos a romper nuestros límites. Pero la pregunta que siempre debemos hacernos es si lo hace con propósito. Porque ningún contenido digital es gratuito. Tu retrato Ghibli tiene un coste: lo paga el planeta, lo pagamos todos.

Director y Chief Strategy Officer de Twelfhundred. Profesor de la UJI

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