Opinión | A QUEMARROPA

Día del Libro

El libro, como objeto, está de moda. Como conjunto de hojas encuadernadas que ganan un cierto volumen, parte la pana. Y como elemento digital, también.

Las ferias del libro que se están celebrando estos días en Castellón y Valencia, por poner dos sencillos y cercanos ejemplos, así lo constatan. El rotundo éxito de El Corte Inglés de Castellón, el pasado miércoles 23 de abril, celebrando el Día del Libro, así lo atestigua. Las muchas ferias desarrolladas en diferentes localidades de nuestra querida provincia lo corroboran. El libro goza de muy buena salud.

Ya sea novela, poesía o ensayo, el libro, los libros, siguen formando parte notable de la vida de los ciudadanos. Ha habido libros impíos, blasfemos, incendiarios, y aun así, como elemento de difusión cultural, el libro sigue alzándose majestuoso frente a la barbarie, la inmundicia y el horror. Fíjense, queridos lectores, en los siguientes títulos y autores. Mi lucha, de Adolf Hitler. El libro rojo, de Mao Zedong. El manifiesto comunista, de Karl Marx. El hombre y la divinidad, de Benito Mussolini. El libro verde, de Muamar el Gadaffi. Cada uno de estos textos podría haber logrado que la humanidad renegase de los libros. Que los responsabilizara de todo aquello que no es correcto en la vida. Sin embargo, el libro lo resiste todo. Se sobrepone. Se antepone a la necedad y persiste en su empeño por embellecer el mundo.

«Libro, hermoso libro, mínimo bosque».

Escritor

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