Opinión | Iglesia y economía
'Franciscoeconomics'
El peronismo argentino siempre fue huérfano de la `finezza´, tanto en política económica y social como en ecología, que el extinto Papa exhibió al denunciar el funcionamiento del sistema capitalista vigente
La muerte del papa Francisco debilita al frente progresista en la batalla ideológica global con la ultraderecha

El papa Francisco conversa con un grupo de inmigrantes durante su visita a la isla de Lampedusa, Italia, en una imagen del 8 de julio de 2013. / EFE/ALESSANDRA TARANTINO / POOL
«No soy católico», dijo el locutor radiofónico de extrema derecha Rush Limbaugh desde su estudio de Palm Beach County (Florida, EE.UU). "Hasta esto, debo decirles, admiraba al hombre. Pero esto que me encontré anoche me dejó totalmente perplejo. Si no fuera por el capitalismo, no sé dónde estaría la Iglesia católica".
¿Qué era “esto”?
La primera exhortación apostólica de Francisco, conocida el 26 de noviembre de 2013. O 'Evangelii Gaudium' (La alegría del Evangelio).
Limbaugh -un maestro de algunos periodistas radiofónicos españoles que empezaron su andadura por estas tierras en los años ochenta del siglo pasado- subrayó la "triste" e “increíble” exhortación que el Papa escribió «sobre los males globales del capitalismo», y dijo que el pontífice no entendía cómo funcionaba la economía. Limbaugh prosiguió: “El papa Francisco atacó al capitalismo sin restricciones como ‘una nueva tiranía’ y suplicó a los líderes mundiales que lucharan contra la pobreza y la creciente desigualdad. Francisco fue más allá de comentarios anteriores criticando el sistema económico mundial, atacando la 'idolatría del dinero'. Alguien ha escrito esto para él. Esto es puro marxismo saliendo de la boca del Papa”.
El influyente 'The Wall Street Journal' informó que el obispo de Roma "llamó a la Iglesia a renovar su enfoque en los pobres y lanzó un golpe contra el capitalismo global". El 'Journal' apuntó que el lenguaje utilizado por el Papa argentino es "inusualmente directo", y que dicho manifiesto "reúne muchos de los temas que ha enfatizado desde su elección". Con todo, el periódico subrayó que en temas como el aborto y el ordenamiento de las mujeres, "Francisco no se alejó de la doctrina tradicional de la Iglesia".
Algo de esto último apunté en mi artículo después de la muerte de Jorge Bergoglio, lo que provocó comentarios donde mi versión limitaba el alcance de su prédica económica, social y ecológica, lo que me ha llevado a releer algunos de ellos.
El Papa respondió, sin citarle, a Limbaugh en una entrevista con 'La Stampa', a mediados de diciembre de 2013.
“La ideología marxista está equivocada", dijo el Papa. "Pero en mi vida he conocido a muchos marxistas que son buenas personas, así que no me siento ofendido". Y sobre la acusación de que su papado se ha convertido en "puramente político", el Papa dijo que solo sigue "la doctrina social de la Iglesia Católica Romana" al hablar sobre la desigualdad económica, y que "esto no significa ser marxista".
El estiércol del diablo
Dos años más tarde, en 2015, Francisco acudió en Bolivia al Encuentro Mundial de Movimientos Sociales.
Allí, dijo: ”La tierra, pueblos enteros y personas individuales están siendo brutalmente castigados. Y detrás de todo este dolor, muerte y destrucción está el hedor de lo que Basilio de Cesárea -uno de los primeros teólogos de la Iglesia- llamó `el estiércol del diablo´. Gobierna una búsqueda desenfrenada de dinero. Este es el 'estiércol del diablo'. Se deja atrás el servicio del bien común. Una vez que el capital se convierte en ídolo y guía las decisiones de las personas, una vez que la codicia por el dinero preside todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena y esclaviza a hombres y mujeres, destruye la fraternidad humana, enfrenta a las personas entre sí y, como vemos claramente, incluso pone en peligro nuestra casa común”.
Mientras Donald J. Trump intentaba proyectar la figura del líder ultraderechista de la Liga Norte, Matteo Salvini, el papa Francisco seguía adelante su cruzada contra el sistema económico y social vigente.
El principio de la maximización de los beneficios, a menudo aislado de otras consideraciones, refleja un malentendido del concepto mismo de economía. Mientras aumente la producción, poco importa si es a costa de los recursos futuros o de la salud del medio ambiente. Esta distorsión, esta perversidad ética y social, no pertenece más a un país que a otro, sino a un «sistema global en el que se tiende a dar prioridad a la especulación y a la búsqueda de beneficios financieros, que no tienen en cuenta el contexto, y mucho menos los efectos sobre la dignidad humana y el entorno natural». Parece, pues, que «el deterioro medioambiental y la degradación humana y ética están estrechamente ligados».
Bergoglio se formó una idea de la Gran Recesión que azotó lógicamente a Argentina. Después de superada la crisis mundial, hizo balance.
“Salvar a los bancos a cualquier precio, hacer que el público pague el precio, renunciar a un compromiso firme de revisar y reformar todo el sistema, solo reafirma el poder absoluto de un sistema financiero, un poder que no tiene futuro y que solo dará lugar a nuevas crisis tras una recuperación lenta, costosa y solo aparente. La crisis financiera de 2007-8 brindó la oportunidad de desarrollar una nueva economía, más atenta a los principios éticos, y nuevas formas de regular las prácticas financieras especulativas y la riqueza virtual. Pero la respuesta a la crisis no incluyó el replanteamiento de los criterios obsoletos que siguen rigiendo el mundo”
Las cumbres mundiales sobre medio ambiente, que consumían ríos de tinta en los medios de comunicación, no le entusiasmaban.
“Hay demasiados intereses especiales, y los intereses económicos acaban fácilmente imponiéndose al bien común y manipulando la información para que sus propios planes no se vean afectados. Cuando predominan los imperativos de poderosos grupos económicos, lo más que se puede esperar es una retórica superficial, actos esporádicos de filantropía y expresiones superficiales de preocupación por el medio ambiente, mientras que cualquier intento genuino por parte de grupos de la sociedad de introducir cambios se considera una molestia basada en ilusiones románticas o un obstáculo que hay que sortear. Muchos de los que disponen de más recursos y poder económico o político parecen preocuparse sobre todo por enmascarar los problemas u ocultar sus síntomas, limitando sus esfuerzos a reducir algunos de los efectos negativos del cambio climático. Sin embargo, muchos de estos síntomas indican que tales efectos seguirán empeorando si continuamos con los actuales patrones de producción y consumo”.
Y advirtió sobre la moda de los términos “sostenible” y “sostenibilidad”.
“Hablar de crecimiento sostenible suele convertirse en una forma de distraer la atención y ofrecer excusas. Absorbe el lenguaje y los valores de la ecología dentro de las categorías de las finanzas y la tecnocracia, y la responsabilidad social y medioambiental de las empresas suele quedar reducida a una serie de medidas de marketing y de mejora de la imagen”.
¿Cuál era, según Francisco, el principal obstáculo? La naturaleza perversa del sistema.
“La misma mentalidad que se opone a tomar decisiones radicales para invertir la tendencia del calentamiento global también se opone a alcanzar el objetivo de eliminar la pobreza”..
En las ya citadas reuniones de Santa Cruz, Bolivia, en julio de 2015, Francisco enfatizó: “Vosotros, los humildes, los explotados, los pobres y desfavorecidos, podéis hacer, y estáis haciendo, mucho. Diría incluso que el futuro de la humanidad está en gran medida en vuestras manos, por vuestra capacidad de organizar y llevar a cabo alternativas creativas, por vuestros esfuerzos cotidianos para asegurar el trabajo, la vivienda alojamiento y la tierra, y, a través de vuestra participación proactiva en los grandes procesos de cambio a escala nacional, regional y mundial. ¡No os desaniméis!”
Fue único. Y es muy probable que cualquiera sea su sucesor -incluso si es de su sector progresista-, seguirá siendo único.
Suscríbete para seguir leyendo
- Marina Perezagua, escritora: “Nueva York no es que sea decadente, es que ya es el tercer mundo, por no decir el cuarto
- La Guardia civil ya extrema la vigilancia en las viseras parasol de encima del conductor y copiloto: 200 euros y la retirada de dos puntos
- Dos empleados llenaban de gasolina el depósito de sus coches con la tarjeta de la empresa
- Sale a la luz la discapacidad del hijo de Ortega Cano tras la dura pérdida de Ana María Aldón: 'Trastorno de la personalidad
- Descartan el homicidio en la muerte violenta de un joven de la Vall d’Uixó
- El 80% de los cadafals de un pueblo de Castellón no cumple la norma: o los adaptan o prohibirán su montaje
- Más mano dura en la selectividad: así será la EBAU 2025
- Misterioso suceso: Halladas muertas abuela, madre y niña junto a cuatro perros