Libertad para insultar

Castelló de la Plana no tiene una alcaldesa, tiene una hooligan que jalea los despropósitos de sus socios ultras de Vox y las mentiras de sus portavoces del Partido Popular. Invito a la ciudadanía a ver el último pleno del Ayuntamiento en la web municipal.

El Partido Socialista presentó una moción que solo buscaba el consenso para colocar una placa, en el número 23 de la calle Gumbau, en recuerdo de las mujeres que fueron reprimidas durante el franquismo en el denominado Patronato de Protección de la Mujer.

El portavoz adjunto de Vox, Alberto Vidal, protagonizó un nuevo capítulo bochornoso, acusando al PSOE de ser un partido de «asesinos, puteros y corruptos» durante sus 200 años de historia, y todo ello bajo la sonrisa sumisa de Begoña Carrasco.

Llamada al orden

No hubo rectificación de Vidal, pero tampoco hubo intención de la alcaldesa de llamarle al orden. Begoña Carrasco, empapada en soberbia y narcisismo, se vino arriba, aludiendo a una presunta libertad de expresión que, en este caso, no existe.

Llamar a los socialistas «puteros, asesinos y corruptos» es insultar, y la rendición de la alcaldesa a este despropósito es abrir la caja de Pandora. Carrasco está llevando el nivel de los plenos del Ayuntamiento de Castelló al peor momento de la democracia.

Pero poco se puede esperar de una alcaldesa que se burla de la ciudadanía al continuar manteniendo como edil al campeón de las multas, Cristian Ramírez, o al concejal del odio, Alberto Vidal.

Portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Castelló