Nosotros y ellos

El famoso apagón ha evidenciado, de nuevo, que hay dos Españas. Hay dos formas de ser y de vivir.

Por un lado, la mayoría de la ciudadanía. Los españolitos de a pie vivimos el apagón como pudimos. Algunos no sufrimos emergencias. Pudimos salir a la calle, charlar y descubrir que en un soleado día de primavera no necesitamos las pantallitas para casi nada. Otros sí que tuvieron urgencias, corrieron como locos, sufrieron, padecieron y resistieron. Se comportaron con estoicismo, demostrando que nuestra sociedad es muy madura. Cuando sepamos más, cuando la información veraz fluya, hablaremos de las víctimas mortales, porque todo apunta a que también las hubo.

Mentiras

Por otro lado, ellos, una vez más. Los que nos desgobiernan, sus patéticos voceros y sus repugnantes palmeros. Como siempre, su desvergüenza radica en su silencio o en sus mentiras. ¿Dónde esconden la cabeza todos los que afirmaban que en España era imposible que se produjera un apagón general? ¿Dónde se ocultan los que sentenciaban que denunciar que esto podía ocurrir era colaborar con los bulos de la ultraderecha? ¿Dónde aposentan hoy sus reales quienes denostaban sin reparo (y sin conocimiento) la energía nuclear?

El apagón, como cualquier otra circunstancia de la vida, demostró que estamos nosotros y están ellos. Y ellos no nos van a ayudar jamás a superar las adversidades. Todos los responsables estaban advertidos de que esto, o algo peor, podía ocurrir. Y no hicieron caso. Es más, lo negaron. Son unos psicópatas.

Escritor