Opinión | PUNTO DE VISTA

Gibraltar inglés

Esa es la realidad de hoy, aunque siempre ha sido y será español. El Brexit era nuestra oportunidad, han pasado cinco años y la diplomacia británica vuelve a ganarnos. No es difícil con el desgobierno errático que nos amarga la vida. Podíamos reclamar la soberanía y acabar con la última colonia en Europa según la ONU. Pero se llega a un acuerdo que suprime la verja, permite a los llanitos la libre circulación por el espacio Schengen, sin ser un estado europeo, y les excluye de los territorios de blanqueo, cuando es su principal modo de vida. En lugar de invertir y desarrollar el entorno de La Línea, han decidido ceder en todo y cargarse nuestras reivindicaciones históricas, una vergüenza. A cambio se supone que se igualará la fiscalidad, se promoverá el empleo en la zona y la cooperación medioambiental y se perseguirá el blanqueo.

Mano de obra barata

No es difícil suponer que nada de esto se materializará, ellos seguirán forrándose igual y viviendo en Sotogrande, nosotros perdemos derechos y seguiremos de mano de obra barata. Y se consolida la ilegalidad del aeropuerto, de la apropiación de aguas españolas y del istmo gibraltareño. Es la renuncia a la soberanía sobre el Peñón, desaprovechando la oportunidad y consintiendo que todas las empresas inglesas que quieran operar en la UE se instalen en Gibraltar en lugar de en territorio español. Reino Unido conserva el control militar absoluto con su base naval y área. Esperemos que esta absurda política exterior dirigida por el dudoso Albares acabe ahí y tras entregar el Sahara, no fastidie Ceuta y Melilla, españolas desde siempre.

Notario y doctor en Derecho

Tracking Pixel Contents