Opinión | TRIBUNA VECINAL
Los problemas de siempre
Los problemas que tiene nuestra ciudad no son nuevos, son crónicos, son los problemas de siempre. Con esto quiero decir que la ciudad tiene asuntos sin resolver desde hace muchísimo tiempo, con el peligro de que a estos se les añadan otros nuevos, como así ocurre. Debe de ser difícil la solución cuando los ciudadanos ven pasar diferentes equipos de gobierno y seguimos igual.
Los problemas endémicos de los que tantos vecinos se lamentan son, por supuesto, dar una solución urbanística a un gran número de viviendas de la Marjaleria y a las urbanizaciones de montaña, pues si bien en cada legislatura se propone una solución, en la práctica las cuentas no salen. Otro tema enquistado gira en torno a los antiguos viveros Molina, una zona muy deteriorada. Me consta que el equipo de gobierno intenta solucionarlo, pero sin éxito, ya que a día de hoy los vecinos conviven con los okupas, que al parecer crían cerdos vietnamitas, trapichean y además hostigan a los vecinos. Pienso que la única salida pasa por dignificar el barrio desarrollando un parque sencillo y tranquilo junto al antiguo cementerio de San José. El deterioro urbano llama a la miseria, crea miseria. Es preciso tomar cartas en el asunto y que los vecinos puedan vivir sin sobresaltos.
Cambiando a otro asunto, he de señalar que cada vez que llueve, pocas veces pero de forma intensa, se inundan las mismas zonas de la ciudad. Después de 50 años van a poner remedio en la zona de la avenida Valencia, ojalá, pero que no se olviden del final de la calle Gran Vía, junto a los campos de fútbol, de la rotonda cercana y del paso inferior del grupo Lourdes.
Otro tema que va a más es el de los numerosos gorrillas que subsisten en las proximidades del Hospital General, estación de tren o el descampado cercano a la rotonda Tempus Fugit, en la avenida Enrique Gimeno. Entiendo que de algo han de vivir estas personas, pero el asedio constante a quienes allí estacionan se está volviendo irrespetuoso y el temor a cómo puedas encontrar tu vehículo coacciona al pago involuntario de dicho impuesto.
Estas apreciaciones son un sentir de muchos vecinos que están preocupados y quieren que se dé arreglo a unas cuestiones que son de siempre. Castellón ha de tomar medidas y aliviar estos problemas porque la ciudadanía quiere una ciudad atractiva, sostenible y segura de la que pueda sentirse orgullosa, y por nuestra ciudad, las asociaciones de vecinos somos los primeros en sacar pecho.
Presidenta de la AVV La Choquera y vocal de Coasveca
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