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Opinión | COSAS MÍAS

Divorcios en 1700

La clara preeminencia de los labradores acaudalados en 1608, desapareció en 1702, a beneficio de transformarse en una incipiente nobleza. Es el caso de los Sisternes que eran muy pudientes pero carecían de título; en las Cortes de 1626 el capitán Cristóbal Sisternes obtuvo la hidalguía. Los Giner también aparecen como si fueran labradores ricos en 1608 y Violant de Casalduch, con su cédula de baronesa, poseía una botiga en la villa, como el hidalgo Gaspar Caperó. Sin embargo, el abogado Jaime Giner, síndico de Castellón de La Plana en las citadas Cortes de 1645, por su oposición al servicio votado a Felipe IV, fue excluido de la distribución de hidalguías, que fueron otorgadas a casi todos los procuradores de tales cámaras, siendo un caso ejemplar de independencia.

Si bien la propiedad estaba arrogada por el hombre, patriarca del hogar, a cuyo servicio estaba sometida, sin remedio, la mujer, llama la atención una referencia de la documentación contributiva, según la cual tres casadas alcanzaban la independencia económica en 1702, apareciendo como "divorciadas" puesto que viven separadas de sus maridos en otros barrios de la ciudad. La pobreza de estos (uno era abogado, pero casi sin patrimonio) nos hace pensar que los tribunales intervinieron para decretar la separación de los bienes y la protección de la mujer contra la amenaza de dilapidación por parte de su esposo. Los casos son pocos, pero arrojan un vestigio trascendental sobre el fenómeno del divorcio en el Antiguo Régimen.

Cronista oficial de Castelló

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