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Opinión | A FONDO

Ladran, luego cabalgamos

En el último pleno celebrado en el Ayuntamiento de Benicàssim, aprobamos una nueva rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para el año 2026, minorando el tipo de gravamen impositivo del 0,60 % al 0,58%. Se trata una nueva rebaja que se suma a la ya aplicada durante este 2025, lo que va a suponer un alivio fiscal acumulado para las familias benicenses, de más de un millón de euros en apenas dos ejercicios consecutivos.

Esta rebaja, que mirada a escala individual puede parecer discreta, si la analizamos en conjunto representa un esfuerzo significativo para las arcas municipales y evidencia que, cuando se gestiona con rigor y coherencia, se pueden bajar impuestos sin poner en riesgo, ni las políticas, ni los servicios públicos que requiere Benicàssim. Por eso, desde el equipo de gobierno de Benicàssim, no buscamos ni golpes de efecto, ni titulares fáciles, simplemente aplicamos una política económica y fiscal seria, sostenida y con criterio, que busca reforzar el alivio fiscal y que cumpla la palabra dada a los vecinos.

Porque esta nueva reducción no parte de cero, si no que se añade a las de años anteriores y, para este ejercicio, seguimos manteniendo además los incentivos fiscales como el 5% por domiciliación bancaria, el 50% para quienes apuestan por energías renovables durante los 5 años posteriores a su instalación y la bonificación de hasta un 90% para las familias numerosas en función del valor catastral de su vivienda.

Y es que, con un Gobierno central inoperante, en un contexto económico marcado por nuevos episodios de inflación, el aumento disparatado del precio de la vivienda y la pérdida de poder adquisitivo para muchas familias, toda medida que deje más dinero en el bolsillo de los ciudadanos debería ser más que bienvenida por todos. Sin embargo, que Benicàssim cumpla parece que ha incomodado a los grupos de la oposición que, en vez de compartir en positivo esta nueva rebaja del IBI, se dedican a desprestigiar, fabricar bulos y fake news, incapaces de reconocer que se trata de una buena iniciativa que ha sido posible gracias a una política de contención del gasto y una gestión económica seria y responsable.

Estupefactos

Y es que, lo que vimos y escuchamos de los grupos de la oposición en el pasado pleno cuando aprobamos esta rebaja del tipo de gravamen de IBI para el próximo año fue, cuanto menos, llamativo. Votaron a favor porque no les quedaba otra, pero sus intervenciones tan incoherentes, como contradictorias, nos dejaron estupefactos a quienes allí estábamos presentes.

Porque en lugar de celebrar que Benicàssim rebaje nuevamente los impuestos, prefirieron sembrar dudas, alimentar bulos y negar lo evidente: que una gestión económica responsable, ha hecho posible esta nueva rebaja del IBI.

Quizás es porque a los grupos de la oposición no les gusta que les recordemos que heredamos un ayuntamiento gobernado por la izquierda más radical, formada por un tripartito, donde PSOE, Compromís y la extinguida Izquierda Unida dejaron hipotecados a los benicenses, con una deuda de 17 millones de euros y más de un millón de euros de facturas en el cajón sin contabilizar. Y ahí está la hemeroteca para comprobarlo.

Reconozco que fueron tiempos muy duros, pero en menos de cuatro años logramos sanear las cuentas, pagar a los proveedores y seguir cerrado cada legislatura con una deuda cero. Porque sabemos que el dinero público no es nuestro, es de nuestros vecinos y vecinas.

Servicios esenciales

Por ello cada euro lo gestionamos con responsabilidad y rigor, y por eso también sabemos que la rebaja del IBI no afectará a servicios esenciales como la limpieza, la seguridad, el mantenimiento de espacios públicos, las actividades culturales o el apoyo a asociaciones y familias vulnerables.

Lo que no es admisible es que mientras desde lo local nos afanamos a preparar unos presupuestos actualizados a las necesidades del próximo año, el Gobierno de Pedro Sánchez siga sin tener un proyecto de Presupuestos Generales del Estado preparado para el 2026.

Porque cada vez que Sánchez no aprueba sus cuentas, son menos euros los destinados a financiar adecuadamente servicios públicos como sanidad, educación, servicios sociales o las inversiones necesarias para que Benicàssim siga avanzando y mejorando la calidad de vida de sus vecinos.

Por eso, no me extraña que aquí en Benicàssim, tanto socialistas como sus socios de Compromís en el Gobierno central, anden nerviosos y dediquen su tiempo a fabricar bulos para confundir a la ciudadanía, intentando desprestigiar no solo a los miembros del equipo de gobierno si no, lo que es más lamentable, la reputación de Benicàssim.

Y eso, no lo vamos a consentir. Porque Benicàssim, no solo es un municipio. Benicàssim, somos su gente.

Alcaldesa de Benicàssim y senadora

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