Opinión | A FONDO
Recortes que cuestan vidas
En 2023, en plena campaña electoral, Marta Barrachina (entonces presidenta del Partido Popular en la provincia y hoy presidenta de la Diputación de Castellón) prometió que l’Alcora tendría un mamógrafo. Lo presentó como una apuesta por las mujeres, por la prevención y por la igualdad. «Porque la salud es la primero», clamaba. Lo primero, sí… empezando por el final.
Han pasado más de dos años y, del mamógrafo, ni rastro. Para sorpresa de nadie, por otra parte. Está en su ADN. El Partido Popular repite el mismo patrón allí donde gobierna: prometer mucho, cumplir poco y recortar en lo esencial (sanidad, educación, servicios públicos...). Siempre aplican la tijera donde más duele.
El incumplimiento del mamógrafo es solo la punta del iceberg. Detrás se esconde una manera de entender la política que, lamentablemente, conocemos bien: la de los anuncios sin planificación, la de las fotos sin proyectos y la de los compromisos que se esfuman cuando se apagan los focos. El resultado: servicios públicos debilitados, profesionales desbordados y ciudadanos que acaban pagando las consecuencias.
El caso del Hospital Provincial de Castelló es un ejemplo claro de ese modelo. Ya denunciamos este pasado verano la grave situación que atravesaba este centro hospitalario, con la falta de especialistas y los retrasos en pruebas oncológicas que afectaban a pacientes en tratamiento.
Cuando la sanidad pública se debilita, no se trata solo de colas o retrasos, hablamos de derechos que se diluyen y de un modelo de bienestar que retrocede.
Los últimos datos conocidos no hacen más que confirmar esa tendencia. En el departamento de Salud de La Plana solo se citó a 9.000 de las 15.000 mujeres que debían someterse en 2024 a las pruebas preventivas del cáncer de mama. Es decir, cuatro de cada diez mujeres no fueron llamadas. Algunas llevan incluso siete años esperando que Sanitat las convoque para un examen que puede salvar vidas.
El caso de Andalucía
En Andalucía, donde también gobierna el Partido Popular, más de 2.000 mujeres no fueron informadas de que sus mamografías presentaban resultados dudosos, un fallo que el propio gobierno andaluz ha reconocido y que se prolongó durante varios años. La raíz del problema vuelve a ser la misma: la falta de radiólogos y de planificación en la gestión sanitaria. Cambian los territorios, pero no el modelo. En todas partes se repite el mismo patrón.
En la Diputación de Castellón hemos aprobado recientemente una declaración institucional para instar a la Conselleria de Sanitat a garantizar la instalación y plena operatividad de los nuevos equipos de detección precoz del cáncer de mama en la provincia, así como a elaborar y publicar un informe detallado sobre su estado y el calendario previsto para su puesta en funcionamiento. El objetivo primordial es promover la equidad territorial en el acceso a las pruebas, con especial atención a las zonas rurales o de difícil acceso, evitando así desplazamientos innecesarios a las mujeres que acuden a realizarlas.
Se ha podido presentar como declaración institucional, efectivamente, porque el PP también se ha sumado. Aunque no estamos acostumbrados, siempre que se antepone la responsabilidad a las siglas es algo positivo, y hay que reconocerlo. Igual que digo una cosa, digo la otra. La unanimidad en el pleno también apunta una realidad irrefutable: la gestión sanitaria del Consell de Carlos Mazón es un auténtico despropósito, un caos absoluto. Su gestión, en general, lo es. Una administración sin rumbo, que improvisa mientras los problemas crecen.
Prioridades distorsionadas
Los populares, en general, tienen las prioridades muy distorsionadas. Muy alejadas de las necesidades reales de los vecinos y vecinas. Aquí, en l’Alcora, lamentablemente, lo sabemos bien. Por ejemplo, se escandalizan y nos acusan de recortes en luces y fiestas, el tijeretazo de Falomir lo llaman, además lo utilizan como crítica recurrente. Eso sí, ante los recortes que afectan a lo más básico, esos que cuestan vidas, no dicen ni mú. Un silencio escandaloso, valga la paradoja.
La sanidad pública es el pilar que sostiene la igualdad y la dignidad de nuestra sociedad. Por eso, frente a los que recortan, abandonan o improvisan, seguiremos defendiendo en todo momento una gestión que planifica, que escucha y que cumple. Porque cuando se recorta en sanidad, no se ahorra: se paga, y se paga muy caro.
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- Directo | Castellón-Real Sociedad B
