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Opinión | A QUEMARROPA

De excursión

Si están pensando en salir a dar una vuelta más allá del paseo marítimo que une Castellón y Benicàssim, queridos lectores de la Plana, dejen que les aconseje ir a Capicorb, Torre Nostra, la playa de la Ribera de Cabanes y/o Torre la Sal. Muchos de ustedes ya conocerán estos parajes, entiendo, pero a quienes no hayan tenido la oportunidad de visitarlos les recomiendo encarecidamente una escapadita dominical.

Y a la hora de comer, como no puede ser de otra forma, déjense llamar por la gastronomía local. Dos restaurantes muy diferentes voy a describirles hoy.

En Torreblanca pueblo encontrarán el mesón Torreblanca. Es bien cierto que la ubicación del local puede dejarles algo fríos, pero el extraordinario trato de su personal, la alta calidad de su carta, corta pero muy cuidada, y el precio final les van a encantar. Muy recomendable la tapa de sepia, el entrecot trinchado a tacos con su guarnición al horno y el postre casero, al estilo del afamado Goxua vitoriano. Una grata experiencia.

Delicias de los paladares

En Alcossebre playa, junto al camí l’Estany y la playa Manyetes, darán con el restaurante Can Roig, que hará las delicias de los paladares más exigentes. Se trata de un local familiar, en una villa reformada, en el que saborearán arroces de todo tipo, beber el mejor vino y deleitarse con dulces postres. ¿El precio? Alto. No es para todos los bolsillos, pero les aseguro que merece la pena. Se trata de dos propuestas bien diferentes, dos formas de entender la gastronomía que constituyen, por sí solas, el punto sobresaliente a una jornada en familia.

Escritor

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