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Opinión | COSAS MÍAS

Teatrerías

Quiero hablar de un acontecimiento teatral de postín, como fue la première en el teatro Principal el 8 de junio de 1917, de la adaptación escénica de los hermanos Quintero de la novela de Galdós Marianela, en la que intervino la eminente actriz Margarita Xirgu y a la que, asimismo, asistió el autor, a quien se otorgó un recibimiento de clamor. El Heraldo del día siguiente se deshace en elogios hacia la compañía y la ciudad se volcó con el autor de los Episodios Nacionales, al extremo de dedicarle, por acuerdo municipal, la calle que todavía lleva su nombre, frente al coso taurino y a cuya inauguración, al día siguiente del estreno de su obra, asistió complacido y apocado a un tiempo.

En las tres jornadas que duró la estancia del novelista y político en Castellón, le atendieron su correligionario Enrique Gimeno Tomás, en Villa Dolores, y Sebastián Carpi Gil en el Casino Antiguo, del que fue invitado de honor en un rumboso ágape; agasajos ambos a los que también asistió la Xirgu.

Pero si fue clamorosa esta representación, no lo fue menos la acaecida con la compañía de Jacinto Benavente, presente en nuestra ciudad junto a los eminentes actores Ricardo Calvo y Carmen (Ruiz) Moragas (la amante del rey Alfonso XIII de quien tuvo al prosopopéyico Leandro de Borbón) que el 26 de abril de 1920 pusieron en escena en el Teatro Principal La vida es sueño y El castillo sin venganza. La prensa no se recató, al par de señalar la calidad como actriz de la Moragas, en alabar su singular belleza.

Cronista oficial de Castelló

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