León XIV

Andrés Martínez

Andrés Martínez

En estos días no hay medio de comunicación que no se haya hecho eco de la elección del nuevo Papa de la Iglesia católica. La imagen de la fumata blanca, reconocible símbolo del acuerdo en el Cónclave, llegaba a millones de personas en el mundo a través de las pantallas (grandes y pequeñas) para colocar en todas las agendas, tertulias y conversaciones, el nombramiento de un Jefe de Estado y, por encima de todo, el del máximo responsable de la Iglesia más numerosa del mundo.

El recién elegido representante de San Pedro en la tierra, Robert Francis Prevost, es el primer Papa estadounidense. Parece significativo, especialmente en el actual escenario de relaciones internacionales, que los cardenales hayan descartado a otros candidatos cuyos nombres sonaban con más fuerza; pues refuerzan con su nombramiento la continuidad del camino que emprendió la Iglesia con el Papa Francisco, quien reivindicó la paz y la concordia con la vista puesta en los más necesitados, los más desfavorecidos y vulnerables.

Provost fue misionero y en su primera aparición pública ante el mundo no dejó lugar a dudas. Tuvo un recuerdo emocionado para Perú, donde dedicó buena parte de su vida; así como palabras certeras sobre la necesidad del fin de los conflictos armados en el mundo. Su Santidad el Papa León XIV llega para darnos esperanza a los católicos en un futuro mejor; ejerciendo de luz y guía para todos nosotros.

Estos días todos los focos apuntan al Vaticano, pero también nuestros corazones que, aunque pacientes, esperan grandes cosas de un Papa que parece emprender una senda que ya es difícil desandar, hacia la sencillez, la bondad, la empatía y el amor, desde el evangelio.

La expectación se vive en cada lugar de forma distinta pero con la misma ilusión.

La Iglesia, que recibe con júbilo a un nuevo Papa; los fieles, que esperamos con emoción sus primeros pasos; así como los mandatarios internacionales y los líderes de otras confesiones, que ya han manifestado públicamente su felicitación y su postura ante tan significativo nombramiento.

El Papa León XIV fue un cardenal cercano al papa Francisco y ha contado con el apoyo cardenalicio en el cónclave sin demasiada espera; lo que demuestra la unión y el respaldo con el que seguro va a contar en el liderazgo que le han encomendado asumir. Rezamos por él y sus aciertos; celebramos la alegría de su nombramiento y desde Peñíscola esperamos poder avanzar en la restitución de la dignidad del papa Luna, Benedicto XIII, pues siendo Papa legítimo, fue excomulgado. 

Tracking Pixel Contents