El verano es el periodo cuando nuestra alarma interna se activa para advertirnos de que es momento de adelgazar. Ese objetivo fijado a principios de enero, como promesa de año nuevo, y desterrado antes del comienzo de febrero reaparece por ensalmo el 24 de junio —día del solsticio de verano—. Ahora bien, ¿cómo podemos cumplir esa meta utópica? Uno de los nutricionistas más escuchados en las redes sociales, Mundo en forma, lo esclarece con un ejemplo: el aceite de oliva virgen extra (AOVE).

Este alimento aporta muchas calorías y una sensación saciante con una ingesta moderada. Esas son las propiedades que debemos buscar en la comida si deseamos perder peso: productos naturales (sin procesar) que, ingeridos en pequeñas cantidades, nos otorguen las calorías que necesitamos durante el día — entre 1.600 y 2.000 para las mujeres, y entre 2.000 y 2.500 para los hombres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)—.

Desayuno con aceite de oliva. Dana Tentis, Pixabay

Cuatro cucharadas diarias de aceite de oliva significan 360 calorías. Para aprovechar el valor calórico de este alimento, una buena propuesta es combinarlo con un desayuno nutritivo que te empache y te impida incurrir en el pernicioso "picoteo entre horas".

La restricción calórica

El término "restricción calórica" (RC) alude a una técnica de nutrición que consiste en reducir el total de calorías ingeridas por semana. El artículo Restricción calórica, un método eficaz, sencillo y saludable para perder peso, escrito 2017 por los doctores Victoria y Antoni Pons y Franchek Drobnic, explica que son dos las formas de lograr el déficit calórico deseado (RC). Se puede "reducir la ingesta diaria o establecer días intermitentes de ayuno o restricción severa, donde el impacto de la restricción es más importante. Tiene menor repercusión sobre la pérdida de masa muscular, y se facilita más la adherencia al modelo de dieta", ilustran.

Los doctores proponen intercalar 3 días de restricción severa (600-800 Kcal) por semana con los restantes de ingesta habitual durante un periodo de 6 semanas. La investigación se desarrolló con 18 individuos sanos y físicamente activos, que siguieron las directrices de RC durante estas 6 semanas, durante las que se ejercitaron con frecuencia. Las conclusiones del estudio son que de este método resulta una considerable pérdida de peso, "principalmente a expensas de la masa grasa, con un menor efecto sobre la masa libre de grasar, y existe una buena tolerancia y adherencia a las pautas propuestas".