Septiembre y octubre son meses de transición. En algunas latitudes de nuestro país apenas existe ese periodo largo que nos lleva del verano al otoño y las estaciones se reducen a dos: verano e invierno. Sin embargo, nuestro cuerpo aún recuerda las señales del sol, si es que lo hemos tomado durante el verano, y se prepara para afrontar un nuevo invierno. Recupera la vitalidad y la energía de tu cuerpo.

¿Cómo ayudarle pues a que haga esa transición sin caer en lo que ya se conoce como la astenia otoñal?

Hay varios factores que pueden ayudarnos a afrontar el trabajo, el estrés y todo el síndrome vacacional que posiblemente aún nos dura. La astenia otoñal, derivada en parte del síndrome postvacacional, es precisamente un estado de cansancio, debilidad y apatía que surge como consecuencia de las dificultades que tiene nuestro cuerpo para adaptarse a las modificaciones de las rutinas, al descenso de las temperaturas y a las menos horas de luz.

Los cambios anímicos y conductuales que se que se producen en esta época responden a la necesidad de adaptación de nuevo al ritmo de trabajo, a los horarios más estrictos, a las menos horas de luz, a mayor estrés. Las consecuencias, ni que decir tiene, son las mismas que en la primavera, quizás algo aumentadas debido a la sensación psicológica de tener que enfrentarnos a un largo invierno: falta de concentración, algo de melancolía, cambios de humor, menor rendimiento y sobre todo cansancio.

Sin embargo, cada vez es más plausible recuperar la vitalidad de los meses precedentes estableciendo unas fáciles rutinas en nuestra vida. Son cambios obvios que pueden decantar el devenir de nuestra existencia hasta que recuperemos nuestros ritmos circadianos habituales. Las rutinas o consejos son los siguientes:

– Establecer prioridades: la salud (la nuestra, la de nuestra familia y amigos) es lo primero. Es la necesidad más básica a la que debemos atender. El cuidado de la salud está basada en 5 pilares: una dieta sana y equilibrada, dormir bien; cuidar la salud mental, hacer deporte y mantener el equilibrio vitamínico y mineral de nuestro organismo.

Analicemos cada caso

Dieta sana y equilibrada

Para una buena digestión y una regulación sana del apetito es fundamental intentar comer siempre a la misma hora. Lo ideal es hacer cenas livianas y tener claro que las frutas y verduras son la piedra angular de cualquiera comida saludable. Como explica el nutricionista Miquel Girones: “No hay frutas buenas y malas, todas son excelentes opciones para ganar en salud“.

Bajar el consumo tanto de la sal como del azúcar es fundamental para una dieta saludable. Además, hay que decir que de momento no se ha encontrado una bebida que supere al agua a la hora de llevar una dieta saludable.

Dormir bien

A medida que se cumplen años, el sueño se hace más frágil y se interrumpe con mayor facilidad, lo que explica que unos cuatro millones de españoles reconozcan no dormir bien. Sin embargo, el descanso nocturno es esencial para tener una buena salud y recuperar la vitalidad, ya que la privación del sueño merma el rendimiento laboral, provoca fallos de memoria, irritabilidad, ansiedad e, incluso, incrementa el riesgo de accidentes.

Para dormir bien te aconsejamos:

  1. Establecer un horario de sueño regular.
  2. Atención a los factores ambientales. Mantén el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental confortable a lo largo de la noche.
  3. Mantén la cama en buenas condiciones. Es importante que tu colchón no sea ni demasiado blando ni demasiado duro. La almohada ha de tener la densidad y la altura adecuadas para ti.
  4. Regula los horarios de las comidas. No comas ni bebas grandes cantidades durante las tres horas previas a irte a la cama.
  5. Evita las siestas largas durante el día. Estas poseen beneficios cardiovasculares y mentales demostrados, pero no deben ser muy largas para que no cueste dormir por la noche.
  6. Ve a la cama en cuanto tengas sueño. No es bueno quedarse dormido viendo la tele en el salón, ya que luego resulta más difícil volver a dormirse en la cama.
  7. Establece un ritual relajante para ir a dormir. Puede ayudarte a liberar tensiones realizar alguna actividad relajante media hora antes de acostarte como leer, escuchar música tranquila, practicar ejercicios de relajación o tomar un baño o una ducha para eliminar tensiones. Si aun así no logras conciliar el sueño, concéntrate en pensamientos positivos y tranquilizantes.
  8. Consulta con el farmacéutico la posibilidad de utilizar soluciones nutricionales. El empleo de complementos alimenticios que contengan melatonina puede ser un recurso adecuado, ya que se ha demostrado que un aporte externo de esta sustancia natural ayuda a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño.

Cuidar la salud mental

Según la OMS, La salud no es sólo la ausencia de enfermedad, sino también de contar con el mayor grado posible de bienestar físico, psicológico y social. Para cuidar la salud mental, el doctor Rodríguez Fidalgo resalta la conveniencia de atender dos aspectos: cuidar de uno mismo así como de la relación con los demás. Para el primero de los casos, recomienda aprender a conocer las situaciones capaces de generar malestar psíquico para enfrentarse a ellas y reconocer los diferentes estados de ánimo, analizando qué nos produce alegría, tristeza o temor.

Igualmente, para recuperar la vitalidad, se aconseja aprender a estar en paz con uno mismo conociendo lo que podemos y lo que no podemos cambiar de nosotros mismos, incluido el aspecto físico. «Es decir, aceptar nuestras capacidades y limitaciones», apunta. Además, previene del consumismo, que absorbe a gran parte de la sociedad, porque «gastar más en los deseos que en las necesidades puede generar decepción y ansiedad», dice.

Rodríguez Fidalgo, que sugiere ocupar el tiempo libre con actividades de ocio satisfactorias, considera que dedicar unas horas a atender las necesidades de los demás, sin una contrapartida económica, puede reportar compensaciones no comparables con ningún trabajo remunerado. 

Hacer deporte

El ejercicio es un hábito saludable que se construye desde la infancia. Al igual que otros perfectamente integrados en la vida diaria, la actividad física se realiza, se imita y se transmite como un valor inherente a las personas. Somos movimiento y éste es nuestro verdadero patrimonio inmaterial de la humanidad. Y debe cuidarse. El deporte mejora, entre otros aspectos, la actividad cerebral, y con ello el rendimiento intelectual.

Mantener el equilibrio vitamínico y mineral de nuestro organismo

Para actuar con todos los datos en la mano, lo mejor es acudir al médico en caso de sentir cansancio y astenia otoñal. Lo más seguro es que nos pida, entre otras pruebas, un análisis de sangre ya que este puede determinar si tenemos algún tipo de déficit vitamínico.

Vichy Activa d’Or sirve para recuperar vitalidad y agilidad mental

A veces pensamos que se trata de un tema meramente psicológico, pero en la mayoría de las ocasiones, podemos suplir alguna carencia con magnesio.

El magnesio lo usa el cuerpo para disminuir el cansancio y la fatiga;  otro elemento imprescindible es el zinc que nos ayuda a mantener la función cognitiva normal; y no podemos dejar de mencionar el extracto de eleuterococo: se trata de un estimulador del sistema nervioso, que nos ayuda a potenciar la memoria y la agilidad mental.

Una solución fácil es consumir productos como Vichy Activa d’Or, que engloba todos estos principios. Un botellín al día sirve para recuperar vitalidad y agilidad mental. Y además, para consumirlo no hace falta ni siquiera pasar por el doctor, y así asegurarnos de que tenemos niveles óptimos de magnesio, zinc, ginkgo o extracto de eleuterococo.

Para más información sobre cómo recuperar la vitalidad y sobre toda la gama de bebidas funcionales de Vichy, consulta la web de la gama Vichy d’Or y si necesitas información sobre dónde encontrarlas, visita La Tienda Vichy.com.