El ritmo circadiano participa en la regulación de funciones tan vitales como los patrones de sueño y de vigilia y se ajusta mediante diferentes factores externos como la temperatura ambiental o la luz solar. Debido al cambio climático varios de estos agentes se han visto alterados y, por eso, la enfermera y posturóloga Noelia Martínez explica que cuando la temperatura ambiental se incrementa por la noche, directamente nos afecta a la calidad del sueño y a diicultar un descanso profundo y reparador.
