Después de unos cuantos meses, todavía se habla de la variante ómicron, ya que el epidemiólogo, Oriol Mitjà, prevé su gran presencia durante estas semanas. En diciembre causó numerosos contagios y, a medida que iba pasando el tiempo, seguía estando vigente. No obstante, la subvariante XE, como una versión de ómicron, será la más contagiosa, concretamente, un 10 % más que las variantes previas, según las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Actualmente, ómicron no es igual a la que conocíamos, pues los síntomas varían en comparación a los de la cepa original. Lo cierto es que el número de contagios ha crecido rápidamente y, como consecuencia, los centros médicos están colapsados, pero ha sido sobre todo de asistencia primaria porque los síntomas son más leves por lo general y similares a la gripe. Más síntomas, pero menos gravedad. En suma, según la revista Medicina y Salud Pública, se propaga fácilmente.

Síntomas habituales

Entre los síntomas más destacables se encuentran la tos, el notable cansancio y la congestión nasal, según un estudio especializado de Eurosurveillance y el Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias (NCIRD). Además, hay otros síntomas que duran alrededor de tres días, que son los estornudos, la falta de apetito y el dolor prolongado de garganta. Es habitual también la reducción de olor, la fuerte respiración, el dolor abdominal y muscular, la fiebre y, por ende, el dolor de cabeza, no obstante, la duración es menor, al ser de dos días.

Estornudos, cansancio, dolor de cabeza... Son algunos de los síntomas de esta variante.

En algunos casos, la conjuntivitis, la pérdida de cabello y las náuseas pueden ser posibles síntomas para producirse esta variante, aunque no son las más percibidas. En la investigación, se ha llegado a la conclusión de que el nivel de gravedad de los síntomas es de 3 sobre 5. Por tanto, es más leve en relación con otras variantes.

Vacunas, sí

La duración varía si la persona infectada está vacunada o no. De entre dos a cinco días, en personas vacunadas. En no vacunadas, puede durar una semana aproximadamente, por lo que es fundamental tener la pauta completa para no prolongarse la enfermedad más días ni que pueda afectar más. 

La vacuna contra el COVID-19 protege a la humanidad de la enfermedad.