La enfermedad venosa crónica (EVC) es la enfermedad vascular más frecuente en el conjunto de la población española. Esta patología consiste en que el retorno venoso no funciona correctamente, lo que provoca que las venas no envíen de forma eficiente la sangre desde las extremidades inferiores al corazón.

Este mal funcionamiento puede deberse a la obstrucción parcial de las venas o a las filtraciones de sangre alrededor de las válvulas venosas. Se trata de una patología crónica y progresiva, que produce una importante merma de la calidad de vida del paciente.  

Una de las manifestaciones más conocidas de esta enfermedad son las varices. Pero en algunos casos dicha enfermedad afecta al sistema venoso profundo de la extremidad, causando un fallo en las válvulas de las grandes venas de las piernas que ayudan a la correcta circulación sanguínea. 

Esta insuficiencia valvular provoca una enfermedad crónica cuyos síntomas van desde la pesadez e hinchazón de los miembros inferiores hasta la aparición en los mismos de úlceras abiertas. 

La edad, contar con antecedentes familiares de haber padecido esta patología, la obesidad, el embarazo y sobre todo, haber padecido una trombosis venosa profunda en dicha extremidad, están entre los factores de riesgo que favorecen la aparición de esta dolencia.

La enfermedad venosa crónica es la enfermedad vascular más frecuente en la población española.

Venas 'a la carta' 

En determinadas circunstancias la única manera de mejorar los efectos que sobre la salud tiene la enfermedad venosa crónica es la cirugía.

Y ahora, cirujanos vasculares andaluces han puesto en marcha una técnica pionera a nivel mundial: el uso de implantes venosos realizados a medida para el paciente a partir de segmentos de vena procedentes de donante fallecido, y modificados mediante ingeniería tisular -medicina regenerativa.

La primera intervención bajo está técnica a nivel mundial ha sido realizada por el doctor José Patricio Linares Palomino en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada y coordinada por el doctor Vicente García Róspide, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular. 

Los datos preliminares obtenidos del paciente son prometedores, ya que ha mejorado su calidad de vida. Esto permite seguir adelante con el protocolo de investigación de esta tecnología de ingeniería de reparación de tejidos orgánicos. 

Cómo se consigue la vena personalizada

La gran peculiaridad de este proyecto consiste en la fabricación de un implante venoso (P-TEV, del inglés 'Personalized tissue-engineered vein', o 'Vena personalizada de ingeniería de tejidos'), un medicamento de terapia avanzada totalmente biológico que está adaptado a cada paciente. 

El punto de partida del procedimiento es la obtención de un segmento valvulado de vena femoral, procedente de donante cadáver. De este segmento se eliminan todas las células del donante y se sustituyen por componentes de la sangre del propio paciente al que se le va a implantar. 

Una vez personalizado, este fragmento, que contiene una válvula funcional, se coloca mediante cirugía en el cuerpo del paciente afectado de insuficiencia venosa crónica grave, reemplazando la parte de la vena enferma que presenta una válvula defectuosa.

Los datos preliminares obtenidos del paciente son prometedores, ya que ha mejorado su calidad de vida.

Grandes posibilidades en el futuro

Este importante avance forma parte de un ensayo en fase 1 que lleva en marcha alrededor de un año y que pretende evaluar la viabilidad y seguridad de esta técnica. 

El estudio completo incluirá a 15 pacientes, con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años, con insuficiencia venosa crónica del sistema venoso profundo. Estas personas se someterán a seguimiento durante 12 meses para evaluar la seguridad y eficacia de los implantes venosos personalizados.

"La positiva respuesta conseguida hasta el momento invita al optimismo y a compartir la técnica para que pueda ser reproducida en otras unidades de Angiología y Cirugía Vascular de la red de hospitales del Servicio Andaluz de Salud”, destaca el Dr. Andrés García León, investigador principal y coordinador del proyecto.