DIGESTIVO

¿Sientes ardor de estómago o acidez? Así es el reflujo gastroesofágico, sus causas y cómo evitarlo

El reflujo se produce cuando el cardias no funciona correctamente. Y aunque no se trata de una enfermedad grave, si deja de ser un problema puntual causado por algún mal hábito alimentario...

Cuando se nos va la mano con la comida y tomamos demasiada cantidad, o almentos demasiado fuertes, podemos encontrarenos al poco rato con consecuencias indeseadas.

Son el resultado directo de tomar:

  • Más cantidad de comida de la habitual
  • Más dulces
  • Más alcohol
  • Bebidas azucaradas.

Pero a la incomodidad habitual se le puede sumar lo que los expertos llaman reflujo gastroesofágico, aunque para muchos solo sea un escalón más en lo que vulgarmente se llama ardor de estómago o acidez.

  • Los especialistas de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) definen el reflujo gastroesofágico como «el paso del contenido del estómago hacía el esófago», sin que este paso tenga nada que ver con nauseas o vómitos.

Se trata de algo normal, que ocurre varias veces a lo largo del día sin que ni siquiera nos percatemos de ello.

La complicación viene cuando la cantidad de reflujo es excesiva. Aquí es cuando vienen los problemas y molestias.

Generalmente esto se debe a que la válvula que separa el estómago del esófago, llamada cardias, no funciona correctamente.

El reflujo provoca m,olñestias muy incómodas

El reflujo provoca m,olñestias muy incómodas / Foto de Towfiqu barbhuiya en Unsplash

Acidez y ardor, principales síntomas

Los principales síntomas de esta patología son dos el ardor y la acidez.

  • La pirosis (ardor) es definida por los especialistas en digestivo como una «sensación quemante que asciende por el pecho a veces hasta la garganta».
  • La regurgitación ácida (acidez), «es la llegada a la boca de un contenido ácido o amargo».

Pero no son los únicos síntomas ocasionados por esas comidas más abundantes, con más grasas, o por consumir más café del debido.

Desde la FEAD señalan que el reflujo gastroesofágico puede causar:

  • Disfagia (problemas en la deglución)
  • Dolor de pecho
  • Afonía o ronquera
  • Tos.

Sólo con relatar al especialista alguno de estos síntomas el médico diagnosticará con facilidad el reflujo gastroesofágico.

En algunos casos, puede ser necesario la realización de una gastroscopia para determinar si se ha producido alguna complicación o si se sospecha que se puede tratar de otra enfermedad.

Cuando el reflujo se complica

No se trata de una enfermedad grave, pero si deja de ser un problema puntual causado por algún mal hábito alimentario, puede ocasionar lesiones más importantes.

Desde la FEAD subrayan que las lesiones más habituales que se derivan del reflujo son:

  • Esofagitis: Quemaduras que el contenido ácido del estómago puede provocar en el esófago.
  • Úlcera de esófago: cuando las quemaduras son profundas provocan úlceras que pueden llegar a ser sangrantes.
  • Estenosis: la cicatrización tanto de las quemaduras como de las úlceras puede causar dificultades para tragar.
  • Esófago de Barrett: patología definida por los especialistas como la «modificación de la superficie del esófago».

¿Cómo se trata el reflujo gastroesofágico?

Existen un gran número de fármacos que pueden aliviar las molestias ocasionadas por esta patología.

Y también para aquellos casos en los que se hayan podido producir lesiones.

Pero es esencial en todo caso que sea un profesional médico el que prescriba el medicamento y paute la mejor forma de tomarlo. En los casos más graves la cirugía será la solución.

Los expertos de la FEAD indican también que en caso de que estas molestias no sean continuas, sino que el reflujo sea algo esporádico, lo más indicado es evitar los hábitos que los provocan (consumo excesivo de grasas, café o alcohol).

Recomendaciones para evitar el reflujo gastroesofágico

Para evitar su aparición y así librarnos de las molestias que causa, los especialistas de la Fundación Española del Aparato Digestivo recomiendan:

  • No automedicarse. El uso de antiácidos sin prescripción médica puede ser contraproducente porque, a pesar de aliviar los síntomas, «no evita las complicaciones». Lo mejor es acudir a un especialista.
  • Seguir las indicaciones médicas. Tomar el tratamiento pautado por el médico de forma ordenada y el tiempo que este indique es la forma más eficaz de terminar con el reflujo.
  • Evitar los excesos. No abusar de los alimentos ni comer a deshora.
  • Nada de alcohol ni tabaco.
  • Evitar dormir nada más cenar. Lo más indicado es dejar que pasen un par de horas antes de acostarse.
  • Evitar la ropa ajustada.
  • Cuidado con el sobrepeso.

Y si los síntomas son más habituales a la hora de dormir, elevar la cabecera de la cama puede aliviar las molestias.