Han sido dos años difíciles, marcados por una pandemia que, todo indica, ya deja atrás penurias y dolor. Pero también han sido dos años para reinventarse. Y así lo hicieron, entre otros lugares, en Almassora, donde la asociación Tambors de Passió hizo lo posible para que sus bombos y tambores siguieran sonando con fuerza en su Semana Santa.
Y ganas de recobrar la normalidad no han faltado este año. De hecho, unos 300 integrantes de la entidad, debidamente ataviados con las vestas que les caracterizan, hicieron sonar sus instrumentos en la medianoche del jueves al Viernes Santo, para anunciar la muerte de Jesucristo, emulando la tormenta y el terremoto que, como se asegura en las Sagradas Escrituras, se produjeron cuando Jesús cerró los ojos en la cruz.
En esta ocasión, la tradicional Rompida de la Hora de Almassora estrenó escenario en la plaza de la Iglesia, a causa de la imposibilidad de hacerlo en la plaza Mayor, por las obras que se acometen en el céntrico ágora. Allí, frente a la puerta de la parroquia de la Natividad, el médico Juan Casanova dio el toque inicial de una tamborrada espectacular, sobre el gran bombo de Tambors de Passió. Y, por su puesto, tampoco faltaron junto a Casanova la alcaldesa, Merche Galí; y el presidente de la organización, Damián Aguilella.
Plantas aromáticas
Y con el regreso paulatino la normalidad tras la pandemia del covid, tampoco faltó la habitual ornamentación con hierbas aromáticas esparcidas por el suelo, antorchas prendidas y banderas en las calles por las que, de nuevo, desfilaron los tamborileros que, en todo momento, mostraron ilusión, pasión y emoción por recuperar por completo un acto que, con esta, ha cumplido 14 ediciones.
De hecho, Damián Aguilella califica de «espectacular» la respuesta de participantes en la cita de este año y también de vecinos y visitantes --más de 2.000-- que, como espectadores, abarrotaron las calles por las que discurrió el desfile más sonoro del año.
«Es difícil describir lo que sentimos en el momento de iniciar la Rompida, es una sensación indescriptible y más aún en esta Semana Santa tan especial después de tres años en los que no se ha realizado el evento con normalidad, pues en el 2019 llovió y en el 2020y 2021 nos azotó la pandemia», asevera Aguilella, quien destaca la iluminación de la plaza con focos de luz granate.
Firma de invitados
La tradicional firma de invitados, previa a la celebración de la Rompida de la Hora de Almassora se trasladó este año de Ca la Vila al Huerto del Cura, más próximo al lugar de la cita. "La vuelta a la normalidad, aunque este año en un nuevo escenario, nos llena de felicidad porque porque volvemos a celebrar nuestra Semana Santa de Interés Turístico Provincial con la programación ampliada”, afirmó la alcaldesa, Merche Galí.