Cuando se cumplen dos meses desde que se desencadenó el mayor desastre ecológico sufrido por España, 409 playas de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco se encuentran afectadas en diversa medida por los vertidos del petrolero Prestige, mientras que hace 10 días eran 327. Según los últimos datos del programa de limpieza y regeneración de playas del Ministerio de Medio Ambiente, hay 272 playas con irisaciones o restos de fuel, 25 con grumos dispersos y 112 con afección en rocas, marismas o fondos.

De las 1.064 playas existentes en las cuatro comunidades autónomas, 629 han estado en algún momento manchadas por el fuel, aunque el Gobierno asegura que ahora no queda ninguna "totalmente afectada".

El petróleo, sin embargo, sigue llegando a la costa. La mayoría procede de ensenadas y rocas ya manchadas de las que el mar arranca grumos, aunque otros vertidos vienen de la cola del bloque principal en forma de grupos de manchas dispersas.

FRENTE A ASTURIAS

El núcleo más importante sigue deambulando por el Cantábrico a merced de los vientos, manteniendo a Francia y a España en constante alerta ante la posibilidad de que recale en alguna de sus costas. Ayer, el punto más cercano se encontraba a 95 millas de Gijón y 55 de Navia (Asturias).

En la zona del hundimiento se registran aún manchas irisadas. Los restos del Prestige vierten unas 80 toneladas de fuel al día, después de haber arrojado casi 6.000 desde el fondo del océano Atlántico. El batiscafo Nautile se sumergió ayer para continuar sellando la veintena de grietas por las que se escapa el petróleo. De momento, ocho se han obturado con éxito y otras dos han sido parcialmente taponadas.

CRÍTICAS DE LOS VERDES

Diez de las más importantes asociaciones ecologistas de España aprovecharon el triste aniversario para hacer público un manifiesto en el que realizan un balance de la situación. Las asociaciones se quejan de no haber sido consultadas por el Gobierno para hacer frente a la crisis y consideran que el caso del Prestige no fue un accidente, sino el resultado de una política energética equivocada. "De la Administración sólo recibimos publicidad, pero seguimos sin los cambios necesarios para que esto no vuelva a suceder", aseguró Sebastián Losada, responsable de Greenpeace.

También denuncian la falta de un plan de regeneración de la costa, ya que el Gobierno sólo ha presentado soluciones sobre el impacto económico, así como la "descoordinación existente en el tema del voluntariado". Los ecologistas creen que la crisis estuvo pésimamente gestionada y reclaman que se depuren responsabilidades políticas.

Más preocupado por el impacto social que por el ecológico, el Ejecutivo anunció que se ha gastado ya 1.000 millones de euros (166.000 millones de pesetas) sólo en la limpieza de las playas y el mar, sin contar ni las ayudas directas a los afectados ni las labores del Nautile, según datos que hizo públicos el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy. Otras fuentes creen que la catástrofe costará el triple. CCOO presentó ayer un informe en el que eleva el coste económico de la marea negra hasta los 3.000 millones de euros (medio billón de pesetas).

En la zona más afectada, la Costa de la Muerte, los barcos hicieron sonar sus sirenas ayer al mediodía para conmemorar los dos meses de crisis.

SIN SOLUCIÓN DEFINITIVA

Pese al tiempo transcurrido, el petrolero hundido aún vomita hidrocarburo, no hay una solución definitiva sobre cómo sellarlo, la mitad de las playas del norte de España han sufrido contaminación, todavía no se ha presentado ningún Plan de Reactivación Económica para Galicia y se ha abortado cualquier intento de investigar las responsabilidades en el terreno político.