La costa vasca vivió ayer su peor día desde el hundimiento del Prestige, con la llegada de grandes cantidades de fuel a todas sus playas. Para hoy se espera que el temporal se agrave. Fuertes vientos, con rachas de hasta 100 kilómetros por hora, empujaron el chapapote hacia el litoral e impidieron a los barcos salir a recoger fuel.

Aprovechando la mejora de las condiciones meteorológicas prevista para el sábado, una flota de 100 pesqueros partirá mañana hacia la gran mancha de fuel, situada frente a Cantabria. Los operarios que recorren el litoral han comprobado la importante labor que realizan los pesqueros, ya que los días que han debido permanecer amarrados se han multiplicado las cantidades recogidas en la orilla. Ayer se retiraron cerca de cien toneladas de vertidos.

BARRERAS ROTAS

Pero la tregua meteorológica durará sólo un día. Los expertos consideran que el domingo puede ser un día especialmente grave, ya que importantes cantidades de fuel que llevan días flotando a pocas millas de la costa vasca podrían llegar a las playas.

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, declaró que los fuertes vientos de norte-noroeste "han hecho mella" en el dispositivo de barreras oceánicas de las localidades guipuzcoanas de Zumaia y Deba, y en las vizcaínas de Plentzia y Urdaibai.

A la vista del impacto de la tragedia en el País Vasco, el viceconsejero de Pesca, Luis Miguel Macías, confirmó ayer que el Ejecutivo vasco se personará en las causas judiciales abiertas por la catástrofe del Prestige para recibir compensación económica por los gastos de la recogida de las manchas de fuel.

El Gobierno gallego, mientras, ha decidido autorizar el marisqueo a partir de mañana entre la desembocadura del río Miño y el paralelo que pasa por la Punta Carreiro (Monte Louro, Muros), en Pontevedra. La pesca, sin embargo, no se abrirá en ninguna zona al menos hasta el día 17, informa Antonio Sangiao.