Las patologías cardiovasculares son la primera causa de muerte entre las españolas, según se ha destacado en una jornada organizada por la Fundación Española del Corazón en la que se ha puesto de manifiesto que el 43% de las mujeres mueren por estas enfermedades frente al 32% de los hombres.

La Fundación Española del Corazón están llevando a cabo campañas informativa para explicar la importancia de la prevención y concienciar a las personas con factores de riesgo, y especialmente a las mujeres, de las patologías cardiovasculares.

Para esta entidad, la educación sanitaria de la población, y especialmente entre el colectivo femenino, es muy importante ya que la mujer sigue ejerciendo un papel fundamental en la educación y la adquisición de hábitos en el núcleo familiar, y por ello se debe saber cómo prevenir las enfermedades cardiovasculares e identificar los síntomas de un infarto o de una angina de pecho.

Estudios realizados en España en los que se analizan las diferencias en cuanto al índice de mortalidad entre ambos sexos tras el primer infarto agudo de miocardio, revelan que tanto la mortalidad hospitalaria como la que se registra en los posteriores 28 días, o a los seis meses de producirse este accidente cardiovascular, es mayor entre las mujer.

Una dieta inadecuada, el tabaco (las españolas y griegas son las mujeres de la Unión Europea que más fuman), el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes o la obesidad son factores de riesgo cardiovascular que están afectando cada vez más a la mujer.

Para los facultativos, la prevención tiene un papel clave y uno de los fármacos que está más indicados y que está presente en casi todos los hogares españoles es el ácido acetilsalicílico (AAS), principio activo de la aspirina.

La Asociación Americana del Corazón considera a este fármaco como "clave" en la asistencia urgente de los pacientes que han sufrido un infarto, incluyéndolo, junto con otras indicaciones básicas, entre las directrices de actuación que deben seguirse si se presenta en el servicio de urgencias de un hospital un paciente con esta problemática.

También se recomienda la práctica de ejercicio físico, aunque sólo es eficaz cuando se convierte en un hábito, porque evita la obesidad y mejora la circulación sanguínea, aunque la población española es sedentaria.