Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzaron a inspeccionar las áreas rurales de China tras considerarlas "focos peligrosos de infección" de neumonía asiática y declarar que la epidemia "supone aún una seria amenaza para todo el mundo". Los inspectores de la OMS visitan durante cinco días las provincias más susceptibles de contaminación por neumonía (Hebei, Guangxi, Anhui y Henan) y sacará conclusiones detalladas de los datos recogidos.

A pesar de que el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG) está afectando más a las ciudades que al interior rural, la OMS advierte de que el campo es una zona de alto riesgo por su prácticamente inexistente infraestructura sanitaria.

Si Pekín y Cantón, dos ciudades prósperas y modernas, tienen auténticas dificultades a la hora de controlar la epidemia, la neumonía en el campo sería un verdadero desastre y se podría convertir en una pandemia.

Por ahora, en el mundo las muertes por neumonía alcanza las 513 personas y el de afectados supera los 7.100, encabezando la lista China (230 muertos y 4.886 casos), seguida de Hong Kong (208 y 1.661), Singapur (27 y 204) y Canadá (23 y 149).

Unas cifras alarmantes como lo son también las investigaciones de la enfermedad. Según la última que han ofrecido los expertos del Instituto Genome (Singapur), el virus se ha adaptado a los humanos y permanecerá activo. El estudio revela que el SRAG conservará intacto su ADN al menos por el momento. Esto significa que el virus, formado por una cadena de coronavirus nunca hallados en humanos, permanecerá activo un largo tiempo.

Los coronavirus (grupos de virus morfológicamente similares) son una de las principales causas del resfriado común, pero normalmente sólo producen síntomas leves. Son conocidos porque tienen un índice elevado de mutación que puede dar lugar a nuevas cadenas.

Los investigadores estudiaron el mapa genético del virus de la neumonía procedente de cinco fuentes diferentes. Sólo hallaron pequeñas diferencias entre las muestras aisladas y éstas se interpretaron no como un cambio intrínseco sino provocado por su adaptación a las condiciones del laboratorio. En un comentario adjunto al estudio, dos expertos canadienses opinan de los resultados que sugieren una notable conservación genética del virus desde que se documentó su estallido en febrero de 2003.

Otro estudio recogido en la revista médica británica The Lancet, que analizó a 75 pacientes contagiados en un edificio de Hong Kong, revela que estos empeoraron tras haberles tratado con corticoides y antivíricos.