La etóloga británica Jane Goodall, que ha dedicado su vida al estudio de los chimpancés, fue galardonada ayer en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2003 por "conciliar el desarrollo humano con la protección de la vida salvaje en África, y de manera especial en Tanzania".

Goodall se convierte así en la primera mujer que obtiene el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica desde la constitución de estos galardones en 1981.

En el acta del jurado, hecha pública por su presidente, el bioquímico Julio Rodríguez Villanueva, se destaca que los trabajos de la doctora Goodall, "a los que ha dedicado su vida de manera ejemplar e incluso en las más adversas condiciones, constituyen una trascendental aportación científica para comprender las raíces del comportamiento y la cultura humanas".

Igualmente, el jurado resaltó "su esfuerzo, sincero y comprometido, por llevar a todas las capas sociales, especialmente a la juventud de todo el mundo, el resultado de sus trabajos".

La bióloga norteamericana Lynn Marquilis y el químico estadounidense de origen chipriota Kyriacos C.Nicolau llegaron junto a Jane Goodall a las últimas votaciones del jurado, entre las 48 candidaturas de 18 países presentadas al galardón.

Nada más conocer la concesión del Premio, Jane Goodall afirmó que es un "gran honor" recibir este galardón, y dijo sentirse realmente "emocionada".

"Usaré el dinero del premio para ayudar a las buenas causas y hacer del mundo un lugar mejor", dijo Goodall, de 69 años, durante una rueda de prensa en Bournemouth, ciudad británica donde reside la naturalista.

UN EJEMPLO EXTRAORDINARIO

El presidente del jurado destacó que la etóloga es un "ejemplo extraordinario" y añadió que su elección "ha sido formidable". Otro de los miembros del jurado, el bioquímico Santiago Grisolía, indicó que las investigaciones con primates realizados por Goodall tienen una "importancia extraordinaria".

El catedrático de Paleontología Juan Luis Arsuaga, que también formó parte del jurado, aseguró que la etóloga británica es "una figura histórica que ha permitido abrir el camino del estudio de los primates más cercanos al hombre".