La red de satélites Galileo, la alternativa europea al programa norteamericano GPS, será por fin una realidad. Los países miembros de la Agencia Europea del Espacio (ESA) sortearon ayer los últimos escollos, al aprobar un documento de consenso que establece la participación financiera de los socios y la creación de una entidad jurídica, al 50% entre la ESA y la UE, para gestionar el funcionamiento y la explotación.

España había bloqueado el acuerdo al solicitar una participación mayor. Pese a los innumerables retrasos, primero motivados por el escepticismo de algunos estados (Reino Unido y los Países Bajos, esencialmente) y luego por la cuota de participación, lo cierto es que el programa de navegación por satélite ha logrado un mayor consenso que otros proyectos más terrenales. Ayer lo suscribieron sin excepción los 15 socios de la ESA, es decir, Noruega, Suiza y todos los miembros de la UE salvo Grecia y Luxemburgo.

Alemania y Italia, que aspiraban a encabezar el proyecto, así como Francia y el Reino Unido, contribuirán cada uno con 415,7 millones de euros (69.167 millones de pesetas), el 17% del total, lo que a la larga les supondrá también un porcentaje mayor de los potenciales beneficios. España, en quinta posición, logró finalmente una cuota del 10%, frente al 9% inicialmente previsto. Galileo podría estar operativo en el 2008.

FALLO TÉCNICO DEL SOYUZ

Por otro lado, el brusco aterrizaje de la cápsula Soyuz en la que regresó a la Tierra la sexta expedición de la Estación Espacial Internacional (ISS), el pasado día 4, se debió a un fallo técnico. El presidente de la comisión investigadora reveló que uno de los aparatos del sistema de retorno de la cápsula de descenso dejó de funcionar, aunque aún no se ha precisado por qué. Lo que sí está claro es que no fue ni un fallo informático ni un fallo de los tres tripulantes.