Las sillas de coche para niños cumplen la normativa europea pero deben mejorar, según un estudio de la OCU presentado ayer, en el que ninguno de los asientos estudiados cumple los requisitos de máxima seguridad y cinco de ellos solo tiene el mínimo exigible por homologación.

Realizado por las asociaciones europeas de consumidores integradas en ICRT, entre las que se encuentra la OCU, y los clubes automovilísticos RACE y RACC, el estudio valora tanto la seguridad como la facilidad de uso de 29 asientos infantiles existentes en el mercado español.

Todas ellas, al igual que en el resto de los países de la UE, han recibido la homologación europea tras pasar una prueba de simulación de un choque frontal "no muy fuerte" y ser instaladas en un asiento estándar.

Sin embargo, los realizadores del estudio consideraron que las condiciones reales de un accidente están alejadas de estas pruebas y sometieron a las sillas infantiles a un test más severo así como a una prueba de choques laterales, por ser éstos muy frecuentes.

Con estos criterios, de las sillas analizadas ninguna obtuvo las cinco estrellas de máxima seguridad, aunque los mejores resultados aparecen en las destinadas a los bebés de hasta 18 meses y que se colocan en sentido contrario a la marcha del automóvil. La mayoría (17) se situaron en una media de tres estrellas, mientras cuatro consiguieron otras tantas estrellas.