El 70% de los municipios españoles no tendrá acceso a internet de banda ancha en los próximos años, según prevé un estudio de Red.es, la empresa pública facultada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología para desarrollar la extensión de la sociedad de la información en España.

En términos de habitantes supone entre un 5% y un 10% para los que el satélite o las redes inalámbricas, o la combinación de ambas, puede suponer una solución asequible y cómoda para las zonas más alejadas de los centros urbanos. En este sentido, las operadoras han rebajado precios hasta convertir el satélite en una opción real y atractiva para un mayor número de usuarios.

AMPLIAS ZONAS

Los satélites, por sus características tecnológicas, permiten llegar a muchas zonas sin necesidad de tender cables y cubriendo áreas relativamente amplias, pero resulta una opción cara de mantener y de amortizar. Por este motivo, las operadoras comercializan dos alternativas de servicio. Una, la unidireccional, la más popular, requiere una doble conexión porque envía la información que mueve el usuario por teléfono, fijo o móvil, mientras que recibe lo que pide por satélite.

Es la opción perfecta para el caso de grandes descargas de información o para recibir televisión y permite llegar con un solo transpondedor (servicio) hasta a 10.000 usuarios. La segunda, la bidireccional, utiliza el satélite tanto para consulta como para recepción, lo que la convierte en la opción más cara porque el usuario usa dos canales simultáneamente. También admite menos usuarios por transpondedor: se queda en 4.000.

COMPARABLE A ADSL

"El precio de una conexión unidireccional, que descargue contenidos por satélite y gestione las peticiones por teléfono, ya es comparable al de una ADSL doméstica", asegura Albert Martí, director general de la compañía Astra en España. La empresa, como su competidora Eutelsat, utiliza un sistema de caché, que permite gestionar más rápidamente las páginas más vistas por los usuarios.

Los altos precios de la conexión bidireccional hacen que los operadores intenten compartir la bajada de información para abaratar el servicio. "El satélite tiene la ventaja de que permite ser combinado con otras tecnologías, como las basadas en 802.11b, para extenderlas desde un punto a un área mayor", explica Ignacio González Núñez, asesor de la presidencia del consorcio Eutelsat. "Desde la asociación europea de operadores de satélite pedimos que se desarrolle una producción masiva de terminales que permitan reducir el precio a una quinta parte del actual", señala.

EQUIPAMIENTO

Una conexión a internet por satélite requiere también un cierto equipamiento técnico: una antena parabólica, una tarjeta PCI de entrada al televisor o al ordenador de sobremesa que hace las funciones de módem y una línea de teléfono en el caso de las unidireccionales. La antena se suele alquilar y la tarjeta, que puede tener distintos proveedores, tiene un coste de entre unos 75 a 170 euros. En el caso de ordenadores portátiles hay que recurrir a un módem por USB (cuyo coste es de unos 189 euros).