El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, basó ayer su defensa de Miriam Tey como directora del Instituto de la Mujer en el derecho a la libertad de expresión, a pesar de que toda la oposición parlamentaria pidió su dimisión o su cese al no considerarla idónea para el cargo tras la publicación del libro Todas putas.

Zaplana compareció ante la Comisión Mixta para los Derechos de la Mujer a petición del PSOE y del Grupo Mixto para explicar su posición tras la polémica surgida al conocerse que una editorial de la que es copropietaria Tey publicó Todas putas, obra tachada de apología de la violación por numerosas asociaciones de mujeres.

Para Zaplana, cesar a Tey convertiría al Gobierno en "censor" y considerar que puede estar inhabilitada para el cargo por su actividad profesional anterior nos situaría ante "un grave atentado contra la libertad de expresión, ante la reintroducción de la censura previa que prohíbe el artículo 20.2 de la Constitución y supondría el regreso a periodos que todos deberíamos de haber olvidado".

En este contexto se preguntó si el cineasta Pedro Almodóvar estaría incapacitado para cualquier puesto en la Administración pública porque en buena parte de sus películas se consumen drogas. El titular de Asuntos Sociales elogió el "progresismo" y la trayectoria profesional de Tey en favor de la mujer.