Retorno al pasado. La asignatura de Religión y su alternativa laica harán media con el resto de las asignaturas para pasar curso en el Bachillerato y en la nota global de la futura reválida o prueba general de Bachillerato (PGB), decisiva en el acceso a la universidad. La medida, que entrará en vigor en el curso 2004-2005, fue anunciada ayer por la ministra de Educación, Pilar del Castillo.

Las asociaciones de padres laicos, los sindicatos de profesores y los partidos de la oposición mostraron su rechazo a la equiparación del rango académico de la Religión con el resto de las materias y anunciaron la presentación de recursos de inconstitucionalidad y boicot a las clases.

Los proyectos de decreto que desarrollan la ley de calidad educativa (LOCE) endurecen los primeros borradores presentados en febrero. En ellos, ni la Religión ni su alternativa aconfesional --Historia de las Religiones--, incluida en el área Sociedad, Cultura y Religión, eran computables para la nota media y para la promoción de curso, tanto en la ESO como en el Bachillerato.

LA MINISTRA NIEGA PRESIONES

Del Castillo aseguró que las modificaciones introducidas a última hora para que la alternativa compute como la Religión responden a las recomendaciones del Consejo Escolar del Estado y del Consejo de Estado. Negó que obedezcan a presiones del Vaticano, aunque reconoció la "autoridad moral" del Papa en la materia.

En el Bachillerato no se valoraban ni la Religión ni la alternativa desde la entrada en vigor de la ley general de ordenación del sistema educativo (LOGSE), en 1989. Actualmente, la Religión es evaluable en Primaria, Secundaria y Bachillerato. Pero sólo cuenta para la nota media en la Primaria (de 6 a 12 años) y en la ESO (de 12 a 16). En el Bachillerato sólo se califica, pero no promedia. La alternativa a la Religión no se evalúa ni computa para la nota media. Además, el contenido de esta asignatura viene marcado por cada centro, y a veces consiste en horas de estudio y actividades lúdicas.

Con la reforma, el número de horas para impartir la religión confesional o laica (la primera, a cargo de profesores de Religión, y la segunda, de profesores de Filosofía e Historia) seguirá siendo como mínimo de 105 al año en Primaria y Secundaria y de 70 en el Bachillerato. Sin embargo, un estudiante que suspenda tres asignaturas, incluidas a partir de ahora las del área de Sociedad, Cultura y Religión, no podrá pasar al curso siguiente. Únicamente no computarán a efectos de la consecución de becas y ayudas al estudio.

Los sindicatos de profesores advirtieron de que la nueva medida devuelve a la Religión un tratamiento similar al modelo previo a la LOGSE, cuando la materia confesional era obligatoria y contaba como las demás asignaturas. Su alternativa era medida con el mismo rasero. Según UGT, "será todavía peor", ya que desde 1970 no hay reválidas y estas materias desaparecieron en el COU y la selectividad.

La secretaria de Educación del PSOE, Carme Chacón, exigió a la ministra que retire el decreto, ya que se trata de una decisión que "quiebra el consenso constitucional" sobre el tratamiento de la religión adoptado desde la transición democrática.

La Conferencia Episcopal Española, por su parte, manifestó su "plena satisfacción" por la equiparación de la asignatura de Religión al resto de las materias curriculares. La petición, formulada oficialmente por la jerarquía católica en octubre del año 2000, ha sido reiterada por los obispos y el nuncio en España.