Los Reyes de España comenzaron ayer en Vigo una visita oficial de dos días a Galicia, destinada a conocer la situación que viven las zonas afectadas por la catástrofe del Prestige. Don Juan Carlos y Doña Sofía, que llevaban dos días de estancia privada en esta comunidad, llegaron minutos antes de las 12 horas a la sede viguesa de la Fundación Caixonova, donde fueron aclamados a su entrada al centro por numerosos ciudadanos que se acercaron a recibirlos.

Por la tarde, los Reyes visitaron Carnota, uno de los puntos de Galicia más afectados por el

chapapote. Allí, el monarca afirmó que "al margen de diferencias políticas, hay que sacar esto adelante". Los científicos, por su parte, explicaron la gigantesca labor desarrollada para eliminar el chapapote de la costa, trabajo en el que los voluntarios, las Fuerzas Armadas y los contratados han dedicado 850.000 jornadas hasta el momento.

Los Reyes, que llegaron en helicóptero a primera hora de la tarde a la playa de Ximprón, situada en Carnota, presenciaron el sistema actual de trabajo, en el que con agua a presión, se limpian las rocas y los parajes que, en diciembre, se vieron totalmente cubiertos de fuel.

VUELVE LA ALARMA

Mientras los Reyes visitaban Carnota, en otras 30 playas gallegas, de las que 18 pertenecen a la provincia de Lugo, recibían pequeñas galletas de fuel. Fuentes de la comisión de seguimiento del siniestro del Prestige indicaron que esta situación se sucede diariamente desde el pasado jueves, ya que los residuos aparecen a primera hora de la mañana, con la bajamar. Luego son limpiados. De este modo, los arenales quedan limpios de las bolitas de chapapote y no impiden a los bañistas disfrutar de la playa.

La comisión explicó que el fuel que está entrando en las playas es nuevo, pero no fresco, pues procede de la mancha que se disgregó en el Golfo de Vizcaya durante diciembre y enero.