Las universidades podrán establecer pruebas adicionales para la admisión de alumnos, pero estos centros públicos (50 en toda España) "no podrán dejar plazas ofertadas vacantes".

Esta exigencia supone que si los centros no completan las plazas con los alumnos que hayan superado sus pruebas específicas, habrán de hacerlo con aquellos que tengan aprobada la PGB. Estos exámenes propios de las universidades sólo supondrán el 40% de la nota final, mientras que el 60% restante corresponde a la nota del título de Bachiller.