Más de 100.000 jóvenes aprovecharán sus vacaciones de verano para desplazarse al extranjero y aprender o perfeccionar idiomas, mayoritariamente el inglés, para lo que optan por el Reino Unido, Irlanda o Estados Unidos.

Según los datos de la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce) -patronal que agrupa a unas 60 empresas especializadas en la gestión de estudios en el extranjero-, el precio medio de un curso de idiomas en el extranjero, de un mes de duración, con 20 clases y alojado con un familia asciende a 1.500 euros.

La mayoría de los alumnos, cerca del 75%, aprovecha programas de duración corta (entre dos y cuatro semanas), mientras que el 20% opta por cursos más largos (hasta 12 semanas) y sólo el 5% de los jóvenes demanda cursos superiores a tres meses.

Aunque el Reino Unido, Irlanda o Estados Unidos siguen siendo los destinos más solicitados por los jóvenes, durante los últimos años han emergido países como Malta, Australia, Nueva Zelanda o Canadá.

A pesar del envejecimiento de la población española y de que el número de niños y jóvenes es inferior al de hace varias décadas, este problema, según Aseproce, se compensa por el creciente aumento porcentual del número de personas que deciden enviar a sus hijos a estudiar idiomas al extranjero.