Poco faltó para que, el pasado mes de marzo, el avión en el que viajaba el príncipe Carlos de Inglaterra (en la foto) chocara en pleno vuelo con un avión comercial con 186 pasajeros a bordo. El incidente, que se dio a conocer ayer en el Reino Unido, ocurrió el día 24 de aquel mes, cuando el heredero al trono se dirigía a España para asistir al funeral de Estado por las víctimas de los atentados del 11-M.

El aparato del príncipe acababa de despegar de la base de Northolt y, al alcanzar los 3.000 metros, se encontró peligrosamente cerca de un Airbus A321. La nave estaba aproximándose al aeropuerto de Heathrow. Nadie --excepto los pilotos-- fue consciente del peligro.

"Una vez a salvo del peligro, los pasajeros fueron informados del incidente", declaró ayer un portavoz de Clarence House, la residencia del heredero.

Las causas de lo ocurrido están siendo investigadas todavía, pero los primeros indicios apuntan a un fallo en el centro de control aéreo, cuyo nuevo sistema informático ha dado últimamente muchos problemas.