Sólo Marbella podía hacer que Julio Iglesias dejara por unas horas su reclusión en la cercana Ojén para cantar para 2.500 personas, invitadas personalmente por una importante constructora de la zona. La excusa era la presentación de una promoción de viviendas de superlujo en el entorno marbellí (a 700.000 euros el apartamento) que serán apadrinadas por el cantante con la intención de consolidar el proyecto.