La historia de Diana de Gales, siete años después de su muerte, sigue escribiéndose día a día y, como cuando vivía, está llena de revelaciones asombrosas y escandalosas. La penúltima página se abrió el lunes, cuando la cadena NBC emitió unas cintas grabadas por la princesa en 1992 en las que confesaba su "profundo amor" por alguien de su entorno, identificado como el guardaespaldas Barry Mannakee (en la foto, con la princesa, en una imagen tomada el 20 de junio de 1984): "Quise dejarlo todo... e irme a vivir con él".

MUERTE SOSPECHOSA El capítulo más polémico, sin embargo, está aún sin cerrar. Mannakee murió en un accidente de tráfico en 1987 que la princesa, según las cintas, no creía casual. Sus palabras al respecto han llevado a las autoridades británicas a reabrir la investigación de esa muerte. Grabadas cuando ya se había separado de Carlos de Inglaterra pero antes de obtener el divorcio, las cintas son una extraña confesión de Lady Di al actor Peter Settelen, que la estaba ayudando a mejorar su forma de hablar en público. En ellas, la princesa de Gales declaró que había pensado en dejar a su esposo para estar con su amor. "Uno de los mayores apoyos de mi vida, del que para mí no es fácil hablar, fue cuando tenía 24 o 25 años. Me enamoré profundamente de alguien que trabajaba en este ambiente y fue el mejor hombre que nunca tuve. Siempre estaba esperando e intentando verle", dice la princesa, que en otro momento de la grabación asegura que "lo habría dado todo en el mundo por estar con él".

Diana de Gales también muestra su sospecha de que Mannakee (que estaba casado, tenía 14 años más que la princesa, dos hijos y fue trasladado de su cargo cuando comenzaron a hacerse públicos los rumores del romance) fue "deliberadamente liquidado" o "quitado de en medio".

EL MAYOR GOLPE DE SU VIDA Incluso al hablar de cómo supo de la muerte de su amante, la princesa dejó entrever la agria relación que mantenía con su marido, que le dio la noticia justo antes de que tuvieran que acudir a un acto social. "Carlos me dijo que se había muerto en un accidente de moto y ese fue el mayor golpe de mi vida. Y fue lo que me mató: simplemente me lo soltó así y no pude hacer nada", relata.

La princesa, que se autolesionó al conocer la noticia, confesó también que tuvo "pesadillas" tras la muerte de su amante y que visitó y llevó flores a la zona donde se esparcieron sus cenizas. "Nunca debería haber jugado con fuego; lo hice y realmente me quemé", confiesa Diana de Gales.