Con la estadística en contra, la infanta Cristina aseguró ayer que le haría "ilusión" que el cuarto hijo que espera fuera una niña. "Pero si no, da igual", afirmó ayer a mediodía a la salida de su trabajo en la Fundación La Caixa, en Barcelona.

Minutos antes, la Casa Real había emitido un comunicado en el que confirmaba lo que hacía días que se venía rumoreando en voz baja: que los duques de Palma tendrán un bebé a principios de verano. Todos los ojos pendientes de la cintura de Letizia, y resulta que el nuevo parte de natalidad ha acabado llegando desde Barcelona.

La infanta Cristina dijo que está "llevando bien" el embarazo. Y sin desbaratar la sonrisa, admitió dos cosas: que en estos tres meses de gestación aún no han pensado en posibles nombres, y que sus otros tres hijos (Juan Valentín, de 5 años, Pablo Nicolás, de 4, y Miguel, de 2) ya saben que en las próximas vacaciones de verano tendrán un nuevo hermano en casa.

"Toda la familia está muy contenta", añadió la infanta Cristina, que primero eligió Barcelona para vivir y luego para casarse, en 1997 y tener a sus hijos.

Con las declaraciones cumplidas, la duquesa emprendió por la tarde el tour escolar: primero fue a buscar a sus hijos mayores al colegio y, algo más tarde, recogió al pequeño en la guardería. Los reyes Juan Carlos y Sofía estaban en la población guipuzcoana de Mondragón para inaugurar una planta de producción y poner la primera piedra de un parque tecnológico de Fagor, cuando se convirtieron en portavoces accidentales del embarazo. "Estamos muy contentos y felices. Si ellos lo están, nosotros también", dijo Juan Carlos, informa Aitor Ubarretxena.

A LA ESPERA DE "PELAYÍN" Tras dar la noticia de la gestación de su sexto nieto, los Reyes recibieron las felicitaciones del cortejo que les acompañaba. Fue un amable colofón para una visita que empezó a contrapelo: algunos vecinos les dieron la bienvenida con rock radical vasco.

La noticia del embarazo vuelve a poner en el punto de mira a los príncipes de Asturias. A final de noviembre, Felipe decía que "este año se acabó el cuándo y el con quién", en alusión al enigma que durante años fue su boda. Pero, tras volver del viaje de novios, empezó el pressing por el deber dinástico. En Asturias, una mujer les sorprendió con un "¿para cuándo un Pelayín?". El enigma sigue en el aire.