El Papa fue ingresado ayer de nuevo en el policlínico Gemelli de Roma, 14 días después de haber recibido el alta, para ser sometido a una traqueotomía de urgencia a causa de las dificultades que ha vuelto a tener para respirar. La operación, que duró media hora, concluyó con "éxito", informó el Vaticano.

La hospitalización fue decidida inesperadamente a las 11 de la mañana, tras el consejo de un equipo de cardiólogos, cuando Karol Wojtyla, de 84 años, se disponía a seguir por un circuito de televisión una ceremonia para la canonización de cinco beatos. Mientras Juan Pablo II ingresaba en el Gemelli, en una ambulancia sin distintivos escoltada desde el aire por un helicóptero, la sala de prensa vaticana difundió la noticia de que el Papa acababa de nombrar nuevos nuncios.

Pocos minutos después, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, informó de que el Pontífice se encontraba mal desde el miércoles por la tarde. "Se trata de una recaída de la gripe que ya sufrió las pasadas semanas, razón por la que ha sido ingresado para una conveniente asistencia especializada y ulteriores análisis", leyó Navarro Valls de una nota. Y añadió que el parte médico sobre la salud de Wojtyla no se difundiría hasta el mediodía de hoy.

Sin embargo, tras la traqueotomía, el portavoz vaticano se vio obligado a asegurar que la intervención se había realizado "con éxito" y que el Papa pasaría la noche en su habitación del Gemelli. Navarro Valls precisó que el Papa fue informado de la necesidad de operarle y que dio su consentimiento. "La intervención comenzó a las 20.20 horas y concluyó a las 20.50", añadió.

Los problemas de Juan Pablo II se producen por la presencia de flemas en la laringe y la dificultad de expulsarlas a causa del "estrangulamiento" de las vías respiratorias provocado por el Parkinson que padece.

El Papa salió de la ambulancia que lo trasladó al Gemelli sentado en una camilla. "Estaba consciente y se mostraba sereno", explicó un empleado de seguridad del centro médico. El Pontífice fue trasladado al décimo piso del centro, donde el Vaticano cuenta con una zona reservada para estas emergencias.

La nueva hospitalización del Papa ha agravado todavía más el vacío de poder que reina en este periodo en la cúpula del Gobierno central de la iglesia, ya que las leyes católicas no prevén ningún tipo de suplencia o delegación de funciones. Respecto a una eventual dimisión, las normas establecen que debe ser el interesado quien la comunique. "Depende de su conciencia", dijo el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano, cuando, a primeros de mes, el Papa pasara 10 días ingresado por el mismo proceso gripal.

El Papa tenía previsto recibir el domingo al obispo de Castellón, Juan Antonio Reig Pla.