El violonchelista ruso Mstislav Rostropovich despidió ayer al príncipe Rainiero interpretando varias piezas de Bach en la capilla ardiente. En primera fila, siguieron este particular réquiem los hijos del fallecido: Alberto II y las princesas Estefanía y Carolina, que asistió junto a su hijo mayor, Andrea.

El músico, admirado por Rainiero, tocó una sarabanda y las suites número 2 y 5 en la capilla en la que los restos mortales permanecerán expuestos a la espera de los funerales de mañana.

Respecto a las exequias, a las que acudirán 56 delegaciones, un gran dispositivo de seguridad ha sido previsto por las autoridades monegascas y francesas.

Por aire, un avión de reconocimiento Awacs vigilará la zona.

En tierra, de la seguridad se encargarán 1.300 personas: 500 policías monegascos y 800 agentes franceses de diversos cuerpos antidisturbios y de elite.

Mejores noticias llegaron desde el otro frente abierto en Mónaco. Según fuentes del entorno de los Grimaldi, el príncipe Ernesto de Hannover evoluciona favorablemente de la pancreatitis aguda que obligó a hospitalizarlo la semana pasada y se espera que próximamente salga del hospital.