Atrás quedan los días en los que el chándal era tan sólo el uniforme para peinar el centro comercial a la búsqueda de un ventajoso 3x2. Y lo dice ni más ni menos que el director más estiloso del cine español. Pedro Almodóvar se presentó el miércoles por la noche (foto inferior) en la cena íntima que brindó Penélope Cruz al realizador manchego y a su amiga Goya Toledo --tras el estreno madrileño de Sahara-- ataviado con una sudadera negra. Arreglado, pero casual.

El autor de Hable con ella y La mala educación acudió raudo a la llamada de quien será la protagonista de su próxima película --y de los huevos estrellados de Casa Lucio-- para darse un festín con Pe, su novio, Matthew McConaughey (ambos, arriba, a la salida del restaurante), y la actriz canaria.

No era la primera vez que el grupo compartía mesa y cuchillo. Cruz presentó su novio al cineasta manchego y a su mejor amiga hace menos de un año, cuando celebró su 30° cumpleaños en Madrid.

SIN PLANES DE BODA La cena privada echó el cierre a la apretada agenda de la pareja sahariana en Madrid. Por la mañana, y con el sabor de los espaguetis romanos de la noche anterior aún fresco, Cruz y McConaughey promocionaron ante la prensa la película que rodaron en Argelia, Mali, el delta del Ebro y Barcelona, y negaron que planeen casarse el próximo verano.

Por la tarde, la actriz visitó con su novio Amarcord, la tienda de moda que tiene en Madrid. Antes, Pe y Ma se separaron unas horas. Ella comió con su familia, y el actor estadounidense pidió mesa en el Hotel Santo Mauro.

Luego, al estreno del filme asistieron el padre de la actriz y su hermana, Mónica. Tras los suculentos huevos estrellados que el restaurador Lucio Blázquez ha servido a jefes de Estado, políticos y artistas de todo el mundo, la pareja partió hacia la zona residencial de Valdelaguna, donde Cruz tiene su casa. Parece que le entró morriña de hogar y cambió el lujo de la habitación del hotel en el que tenía previsto pernoctar por la cama de los tiempos de La quinta marcha. McConaughey salió del restaurante con una gran botella de agua, para aliviar la digestión.